El lugar donde se realizó el hallazgo se conoce como el "cemitério dos pterossauros" (cementerio de pterosaurios) y fue descubierto en 1971 por Alexandre Gustavo Dobruski y su hijo, João Gustavo. En 2012 se reanudaron los estudios en la zona y se realizaron varias excavaciones que permitieron obtener un gran número de fósiles.
Keresdrakon vilsoni vivió hace entre 110 y 80 millones de años, en una zona entorno periférico del desierto, alrededor de un oasis con agua y cierta vegetación. "Las tormentas que ocasionalmente se producen en el desierto provocaron inundaciones y arrastraron los restos del animal en el fondo de un lago, donde fosilizaron", explica el investigador Luis Carlos Weinschütz, de la Universidad de Contestado (CENPALEO / UnC). Los fósiles se encontraron desarticulados, formando lo que se conoce como un "bone - bed" (lecho de huesos).
El nuevo pterosaurio tenía unos 3 metros de envergadura, mucho mayor que Caiuajara dobruskii, la otra especie de pterosaurio descrita en esta zona de Brasil. "Tenía un pico enorme y fuerte, comparable al que presentan algunos pájaros actuales como el jabirú americano o el marabú africano", comenta Borja Holgado, investigador asociado en el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) que actualmente está realizando el doctorado en el Museo Nacional de Brasil, vinculado a la Universidad Federal Río de Janeiro (UFRJ). "El estudio de los hábitos alimentarios del marabú nos ha permitido apuntar la posibilidad de que Keresdrakon fuera un depredador oportunista y carroñero", comenta Holgado.
El nombre, Keresdrakon proviene de la mitología griega. "Keres", los espíritus que personifican la muerte violenta, la fatalidad o el saqueo; mientras que "Drakon " significa "dragón" o "serpiente enorme". De ahí que la nueva especie sea popularmente conocida como "el espíritu de la muerte".
La importancia del hallazgo no se circunscribe únicamente a la descripción de la nueva especie. "Constatamos que en esta zona convivieron dos especies de pterosaurio, cada una con un estilo de vida y hábitos de alimentación diferenciados", explica Alexander Kellner, director del Museo Nacional (UFJR), que ha liderado la investigación. "La presencia también de una especie de dinosaurio carnívoro nos permite tener una visión palecológica fuerza completa de esta zona que desde hace millones de años ha sido un desierto", concluye Kellner.
Ilustración 1 . Holotipo de Keresdrakon vilsoni, los restos fósiles que han permitido describir la nueva especie.
Los estudios paleohistológicos de los restos han aportado información interesante sobre la fisiología de esta nueva especie y han permitido establecer que los restos recuperados corresponden a ejemplares jóvenes. "Esto nos hace suponer que los adultos debían tener una envergadura muy superior a los 3 metros", comentó Juliana Sayão, paleohistóloga de la Universidad Federal de Pernambuco.
Imagen principal: Recreación de Keresdrakon vilsoni. El ejemplar de la derecha se alimenta de los restos del dinosaurio Vespersaurus parananesis. (Autor: Maurilio Oliveira).
Artículo original:
Kellner, A., Weinschütz, L.C., Holgado, B., Bantim, R., Sayão, J. (2019). A new toothless pterosaur (Pterodactyloidea) from Southern Brazil with insights into the paleoecology of a Cretaceous desert. Anais da Academia Brasileira de Ciências, 91(Suppl. 2), e20190768. Epub August 19, 2019.https://dx.doi.org/10.1590/0001-3765201920190768