La ciencia avanza con el esfuerzo continuo del personal investigador y también, a veces, con golpes de suerte. Esto es lo que ocurrió el 7 de abril de 2016 cuando, en un paseo por la montaña, Belén Muñoz, miembro del Centre Muntanyenc i de Recerca Olesà (CMRO), encontró una huella que parecía esculpida en la roca en una zona conocida como Puigventós. Se apreciaban perfectamente las garras e incluso el relieve de la piel. La huella fósil fue llevada al Ayuntamiento de Olesa que, posteriormente, la entregó al Servicio de Arqueología y Paleontología de la Generalitat de Catalunya. Finalmente, fue depositada en las colecciones del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) para su estudio.
La icnita de Puigventós resultó ser una impresión del pie izquierdo de un arcosaurio, un grupo primitivo de reptiles de dimensiones relativamente grandes y que se consideran antepasados de los dinosaurios y cocodrilos. El aspecto de estos arcosaurios era similar a la de los cocodrilos actuales; también caminaban a cuatro patas, pero estas eran relativamente más largas y en una posición más vertical que las de los cocodrilos. Los arcosaurios dominaron los ecosistemas terrestres posteriores a la extinción de finales del Pérmico, también llamada "la gran muerte". Sucedió poco antes de la aparición de los dinosaurios y es la más grande extinción ocurrida en la Tierra, mucho más devastadora en la que posteriormente acabó con los dinosaurios. La icnita de Olesa de Montserrat corresponde al Triásico Medio (hace unos 240 millones de años) y es una de las mejor preservadas de todas las huellas fosilizadas encontradas hasta ahora en la Península Ibérica.
La icnita de Puigventós corresponde al icnogénero Chirotherium (Chabier de Jaime / Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont)
Recientemente, personal investigador del ICP ha publicado dos artículos científicos que amplían el conocimiento de la fauna que vivió en lo que hoy día es Cataluña durante el Triásico Medio. La icnita de Puigventós no es la única que se ha encontrado en esta localidad. Además, se han descrito dos otras nuevas localidades con huellas de tetrápodos (animales de cuatro patas): Peña Rubí (en el término municipal de Vallirana, Barcelona) y Montmany (en Figaró-Montmany, Barcelona). Estas nuevas localidades se añaden a las dos únicas que se conocían hasta ahora (Collcardús y Pedrera de Can Sallent), y enriquecen enormemente el registro y biodiversidad de la unidad geológica donde se encuentran, conocida como las facies Muschelkalk medio, que se distribuye a lo largo de las cordilleras prelitoral y litoral catalanas. En total se han descrito 219 huellas fosilizadas. Estas localidades en Cataluña son las únicas en toda la península ibérica de esta cronología, lo que pone de relieve su importancia y la escasez de yacimientos existentes en estas facies.
"Durante el Triásico el aspecto del litoral catalán era muy distinto al actual y con un clima y ambientes muy diferentes", explica Eudald Mujal, investigador del Staatliches Museum für Naturkunde Stuttgart (SMNS, Alemania) y asociado al ICP. "Tenemos que imaginarnos una zona costera en latitudes ecuatoriales, donde podíamos encontrar desde llanuras de inundación con pequeños canales fluviales hasta planicies de marea muy extensas y de aguas tranquilas", añade. Gran parte de las faunas que existían entonces no tienen representantes actuales o las formas eran muy distintas a las que conocemos actualmente. “A partir del estudio de las icnitas podemos analizar cómo evolucionaron los ecosistemas después de la gran crisis climática y biótica a finales del Pérmico", comenta Mujal. El período posterior tampoco fue demasiado tranquilo para las especies que sobrevivieron. Durante el Triásico, la subida del nivel del mar de Tetis inundó de este a oeste lo que hoy en día es Europa y norte de África.
La investigación llevada a cabo sobre los rastros que los animales dejaron sobre el sedimento y que se han conservado hasta nuestros días ponen de relieve el extraordinario registro fósil catalán de este periodo. Se han identificado 9 morfotipos (es decir, formas distintas de huellas) que corresponden a pequeños terápsidos (precursores de los mamíferos), posibles grandes anfibios y/o precursores de las tortugas, pequeños reptiles lepidosauromorfos y/o arcosauromorfos, y grandes reptiles arcosaurios, responsables de la icnita de Puigventós. Muchas de las icnitas están extraordinariamente bien conservadas, incluso muestran los patrones de la piel, los pulpejos de los dedos y las garras.
Esquema de los distintos ambientes durante el Triásico Medio y las faunas representativas identificadas (Eudald Mujal / Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont)
Recientemente se ha publicado otro artículo que describe el rastro de un xifosuro -un representante de los actuales cangrejos de herradura o cacerola de las Molucas- en uno de estos yacimientos. Se trata de la evidencia más antigua de este grupo al sistema litoral catalán. Estos invertebrados con aspecto de cangrejo están más emparentados con las arañas que con los crustáceos. A menudo se llaman "fósiles vivientes", porque su morfología ha cambiado muy poco en los últimos 400 millones de años y porque han sobrevivido a varias extinciones masivas. La presencia de este rastro constata que durante el Triásico estos ambientes costeros estaban llenos de vida. Las icnitas fueron identificadas en el yacimiento de Peña Rubí.
Rastro de xifosuro en el yacimiento de Peña Rubí y esquema del animal en desplazamiento (Chabier de Jaime / Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont)
"Es muy interesante ver cómo se distribuyen las faunas en los diferentes ambientes que hemos identificado", explica Chabier de Jaime, investigador predoctoral del ICP que ha coliderado la investigación. "A pesar de la presencia de un xifosuro, un animal ligado a los ambientes costeros, hemos constatado que los ambientes terrestres eran mucho más ricos en biodiversidad que los cercanos a la a costa", añade. El estudio concluye que las observaciones hechas en la cuenca catalana del Triásico se pueden extrapolar, por lo menos, al resto de Europa y el norte de África.
Esta investigación se engloba en el proyecto cuatrienal de investigación (2018-2021) "Evolución de los ecosistemas durante la transición Paleozoico-Mesozoico en Cataluña" (ref. CLT009 / 18/00066), realizado con el apoyo del Departamento de Cultura".
Imagen principal: Recreación del aspecto en vida de un arcosaurio y del paleoambiente del Triásico (Oscar Sanisidro / Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont)
Artículos originales:
- De Jaime-Soguero, C., Mujal, E., Dinarès-Turell, J., Oms, O., Bolet, A., Orlandi-Oliveras, G., Fortuny, J. 2021. Palaeoecology of Middle Triassic tetrapod ichnoassociations (middle Muschelkalk, NE Iberian Peninsula) and their implications for palaeobiogeography in the western Tethys region. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology 565: 110204. DOI: 1016/j.palaeo.2020.110204
- De Jaime-Soguero, C., Mujal, E., Fortuny, J. 2020. First xiphosuran traceway in the middle Muschelkalk facies (Middle Triassic) of the Catalan Basin (NE Iberian Peninsula). Spanish Journal of Palaeontology 35 (2): 197–208. DOI: 10.7203/sjp.35.2.18483