El análisis paleoproteòmic del esmalte de Homo antecesor revela una relación estrecha entre esta especie, los neandertales, los humanos modernos y los denissovans. "Nuestros resultados apoyan la hipótesis de que Homo antecesor era un grupo hermano del conjunto de homínidos que incluía Homo sapiens, Homo neanderthalensis y denisovanos, y debemos suponer que los árboles filogenéticos que hemos obtenido describen correctamente las relaciones de parentesco entre estos grupos de homínidos", afirma Frido Welker, investigador postdoctoral en el Globe Institute de la Universidad de Copenhague y primer autor del artículo.
Los fósiles analizados en el estudio fueron encontrados en 1994 por el equipo dirigido por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell en el nivel estratigráfico TD6 del yacimiento de la Gran Dolina de la sierra de Atapuerca, en Burgos. Las observaciones iniciales llevaron a concluir que Homo antecesor fue el último antepasado común de los neandertales y los humanos modernos, una conclusión basada en la morfología de los fósiles.
Mediante el uso de una técnica llamada espectrometría de masas, el equipo de investigación de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad de Copenhague secuenció proteínas antiguas del esmalte dental. Este método permite recuperar evidencias moleculares para reconstruir la evolución de los de las especies allí donde las técnicas de secuenciación de ADN no alcanzan. "En gran medida, lo que sabemos hasta ahora se basa en los resultados del análisis de ADN antiguo o en observaciones de la forma y la estructura física de los fósiles. Debido a la degradación química del ADN a lo largo del tiempo, el material genético humano más antiguo recuperado hasta hoy apenas supera los 400,000 años", cuenta Enrico Cappellini, profesor asociado del Globe Institute, Universidad de Copenhague, y responsable principal del grupo de investigación.
"La recuperación de muestras moleculares de fósiles muy antiguos combinada con las nuevas técnicas computacionales ha supuesto una revolución en la manera de entender la relación de especies que ya no están entre nosotros. Muchos investigadores de este estudio estamos involucrados en la red PUSHH , y los próximos años prometen ser fascinantes ", comenta Tomás Marqués-Bonet, director del Institut de Biologia Evolutiva (IBE, CSIC-Universidad Pompeu Fabra) e investigador asociado en el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP).
PUSHH es el acrónimo de "Palaeoproteomics to Unleash Studies on Human History" y consiste en una red financiada por la Unión Europea centrada en el estudio paleoproteómic del linaje humano. El ICP participa en esta red como organización asociada a través de tres jefes de grupos de investigación (David Alba, Salvador Moyà-Solà y Josep Fortuny). Uno de los objetivos de la participación del ICP en este proyecto es intentar recuperar proteínas de algunos de los primates del Mioceno que se han descrito a partir del registro fósil catalán.
Artículo original: F. Welker et.al. The dental proteome of Homo antecessor. Nature; Abril 2020. DOI: https://doi.org/10.1038/s41586-020-2153-8
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