La colaboración entre CosmoCaixa y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) ha permitido que se muestren al público los esqueletos parciales de tres especímenes conocidos popularmente como Pau, Jordi y Laia . Son holotipos, es decir, ejemplares que han servido para describir las nuevas especies para la ciencia a las cuales pertenecen. Sus restos fueron excavados en los yacimientos del Vertedero de Can Mata (els Hostalets de Pierola, Barcelona) y el de Can Llobateres (en Sabadell, Barcelona). Además de los fósiles originales, se exhibirán tres esculturas elaboradas por el artista y biólogo Ramon López que representan el aspecto en vida de estos primates.
Los fósiles forman parte de la colección del Museo del ICP y nunca hasta ahora se habían mostrado al público conjuntamente. Se expondrán en la primera planta de CosmoCaixa desde el 18 de mayo hasta el día 7 de septiembre. La inauguración de la muestra coincide con la celebración del Día Internacional de los Museos.
Reconstrucción del aspecto en vida de Pau (Pierolapithecus catalaunicus) elaborada por el paleoartista Ramon López (Foto: Cosmocaixa)
Laia (Pliobates cataloniae), Jordi (Hispanopithecus laietanus) y Pau (Pierolapithecus catalaunicus) pertenecen a tres especies diferentes de hominoideos, el grupo que comprende los grandes antropomorfos actuales (orangutanes, chimpancés, gorilas y humanos) y los hilobátidos (representados actualmente por los gibones y los siamangs). A pesar de que tienen una edad comprendida entre los 12 y los 9,6 millones de años, sus esqueletos ya presentan una serie de características comunes al grupo al que pertenecen los humanos. Su estudio ha aportado una información muy valiosa sobre cómo evolucionaron los rasgos que distinguen los hominoideos, como son la presencia de un diseño corporal ortógrado (con el tórax ancho y los omóplatos detrás y no a los lados) y distintas características craneales.
El esqueleto de Jordi descrito en 1996 es la evidencia más antigua de adaptaciones suspensoras (para colgarse de las ramas) en el registro fósil de los hominoideos, como muestran algunos caracteres de las falanges y las vértebras. En 2002 y 2003 se recuperaron los 82 elementos que forman el esqueleto de Pau. Corresponden a un macho de unos 35 kg comía frutos y no sólo se movía de forma cuadrúpeda, sino que también solía trepar verticalmente a los árboles. Laia, el hallazgo más reciente, se describió en 2015 y abrió la posibilidad de que el antepasado común de todos los hominoideos fuese más parecido a los gibones que a los grandes antropomorfos, a diferencia de lo que se creía hasta ese momento.
Aunque actualmente en Europa ya no hay primates en libertad (más allá de las anecdóticas monas de Gibraltar), una gran diversidad de especies ocupaba los bosques tropicales que cubrían Europa durante el Mioceno. En la Península Ibérica, todas las especies de hominoideos que se han descrito provienen de los yacimientos catalanes de la cuenca del Vallès-Penedès. Entre todos los yacimientos de la cuenca destacan los que se encuentran en el Vertedero de Can Mata, un vertedero de residuos urbanos que, gracias a la vigilancia paleontológica llevada a cabo durante las tareas de movimientos de tierras entre los años 2002-2014, ha proporcionado más de 70.000 fósiles de vertebrados.
La cuenca del Vallès-Penedès es una semifossa tectónica de unos 100 km de longitud paralela a la costa central catalana. Se empezó a formar hace unos 21 millones de años, cuando la colisión de las placas africana y arábiga provocó la aparición de un sistema de cuencas marginales que se extiende por gran parte del suroeste de Europa. Durante muchos millones de años, la cuenca se fue rellenando con los sedimentos erosionados de las montañas adyacentes dejando así registrada la flora y la fauna que vivió en esta zona.