Durante las últimas jornadas de la SEP, organizadas por el ICP y celebradas en octubre de 2011, tuvimos la ocasión de conversar con dos de los más destacados paleontólogos de nuestro país. Jorge Morales es profesor de investigación en el Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid, donde es el responsable del Departamento de Paleobiología. Beatriz Azanza es profesora de la Universidad de Zaragoza y una de las expertas europeas en mamíferos del Cenozoico.
Os dejamos con sus reflexiones y opiniones sobre la paleontología en España: sobre como nos afecta la crisis, sobre la riqueza de nuestro patrimonio, sobre la calidad de la investigación. En resumen, dos voces expertas y conocedoras nos hablan del pasado, presente y futuro de la paleontología.
Reflexión sobre la situación actual
Jorge Morales (JM): La crisis nos afecta, pero no sólo a la paleontología. Tanto la ciencia, como la educación o la formación, deberían ser las últimas en sentir los recortes. De hecho, en estos casos los recursos deberían aumentar porque no es un problema de presente, es también un problema de futuro. La investigación, la educación, la formación de la gente de un país, es el futuro de este país. Recortar en ciencia es tirar piedras a nuestro propio tejado. Si interrumpimos ahora algo, luego nos costará mucho más recuperarlo.
Beatriz Azanza (BA): Estoy totalmente de acuerdo. Los recortes que se planean pueden ser comida para hoy y hambre para mañana. Hay cierto desfase entre lo que se está estudiando ahora y el aprovechamiento que se hace en un futuro. Si hipotecas el presente, luego no hay futuro. Así es como funciona la investigación básica.
Principales contribuciones de la paleontología a nuestra visión actual del mundo
BA: El primer concepto que me viene a la mente es la visión dinámica de la Tierra. Nosotros vivimos el presente pensando que siempre va a ser todo igual. Demostrar que no, que la vida no ha sido siempre igual, que en el pasado ha habido momentos en que la vida se ha visto drásticamente afectada, con una reducción tremenda de número de especies, nos muestra la fragilidad de nuestro mundo actual. En cualquier momento, por circunstancias ajenas al hombre o por su causa, la vida tal y como la conocemos podría acabar. Esa visión dinámica y frágil de la Tierra la da la paleontología.
JM : La paleontología es además como nuestra familia. Nosotros necesitamos conocer a nuestro padre, a nuestra madre. Queremos conocer nuestra genealogía. No venimos al mundo y estamos solos, sino que nos vemos arropados por nuestra familia. A nivel de especie también necesitamos saber como hemos llegado a ser Homo sapiens. Hay una parte que la estudia la historia, pero según nos vamos alejando entramos ya en el dominio de la paleontología. Nuestra especie tiene una necesidad imperiosa de conocer todo lo relacionado con sus orígenes: tanto a nivel histórico, como a nivel geológico, como a nivel paleontológico. La Tierra tiene 4.500 millones de años, y los registros paleontológicos más antiguos tienen alrededor de 3.700 millones de años. Hay todo un mundo por descubrir que no sólo nos sirve para entender qué pasó en la Tierra, sino también para mirar al espacio e intentar descubrir si hay o hubo vida en Marte o qué pasó en Mercurio, o cómo se formó nuestro sistema solar.
La investigación actual en España
JM: Aunque corremos el riesgo de olvidarnos proyectos importantes, porque nosotros somos paleontólogos de vertebrados, yo tal vez destacaría el estudio de la evolución de los ecosistemas durante los últimos 25-30 millones de años, ya que es imprescindible para comprender lo que está sucediendo ahora. En España tenemos unas condiciones excepcionales para explicar este periodo: nuestras cuencas continentales son únicas. Empezando por aquí, por el Vallès-Penedès, donde además tenéis un registro de homínidos que está aportando mucha información a la evolución del hombre. La presencia de homínidos siempre tiene un valor añadido por ese aspecto del hombre como “centro”, superado a nivel filosófico, pero que siempre es importante a nivel mediático y social.
BA : Podríamos también hablar de los dinosaurios, y la fascinación de esos monstruos enormes desaparecidos, o de las grandes crisis que ha vivido la Tierra. Son temas que pueden ser analizados gracias a los fósiles: ya sea a través de restos de mamíferos y otros vertebrados, de invertebrados y plantas, o gracias a microorganismos –esos grandes desconocidos. Son muchos los temas en los que España tiene mucho potencial, tanto por el registro fósil como por el potencial humano. Hay cantidad de grupos trabajando en estos y muchos otros temas.
Descubriendo la riqueza paleontológica en España: más allá de Atapuerca y del Vallès-Penedès
JM: Una vez más, dando ejemplos corremos el riesgo de olvidarnos algo importante. Pero, por ejemplo, en paleontología humana destacaría el Sidrón en Asturias. Es un yacimiento, una cueva, que está dando una cantidad de restos de neandertales muy importante. También destacaría los yacimientos del Cerro de los Batallones, en la cuenca de Madrid, que son cuevas o pseudo-cuevas que acumularon como trampas naturales a grandes cantidades de carnívoros.
Tenemos una gran diversidad de cuencas, de faunas, de pisos estratigráficos, a pesar que nuestra historia fósil es relativamente corta comparada con otras regiones del mundo. Nuestros registros más antiguos son del Precámbrico superior, hace entre 600 y 700 millones de años. Pero la historia geológica de la Península Ibérica es complicada y diversa, y además tiene una segmentación casi continua, que permite estudios de gran riqueza. Volviendo a donde estamos, la cuenca del Vallès-Penedès es la cuna de la paleontología de mamíferos en nuestro país, porque antes de la Guerra Civil española aquí ya hubo una tradición. A poco que se hacía cualquier obra , afloraban numerosos fósiles. Y la curiosidad humana innata llevó a la ciencia.
Y para citar otras zonas, no me gustaría olvidarme de la zona de Teruel, el levante, el yacimiento de Venta del Moro. Este es uno de los yacimientos más maravillosos de España.
BA: Sí, tampoco deberíamos olvidarnos de la Cuenca de Guadix-Baza. Y esto sólo en mamíferos. En otros grupos están los yacimientos de icnitas de dinosaurio, repartidos por toda la geografía española. El nuevo yacimiento de Lo Hueco, en Cuenca, con miles de restos de dinosaurios. Los yacimientos de Galve en Teruel, o los de Asturias.
JM: Sí, la cuenca de Tremp tiene también mamíferos y dinosaurios. La verdad es que vayas donde vayas de España, siempre encontrarás montones de yacimientos.
BA: Y si dejamos los vertebrados, tenemos también yacimientos del Paleozoico y del Mesozoico importantes a nivel mundial. Y en micro, hay una serie de cortes que se están estudiando ahora para entender estos periodos de crisis que se han sucedido a lo largo de la historia de la Tierra. Es tan variado, que es difícil decir qué es más importante sin nombrar a otro.
JM: Además yo añadiría que no es sólo un tema patrimonial, también hay muy buenos paleontólogos en este país. Y, por suerte, la mayoría de las comunidades autónomas se han preocupado por proteger el patrimonio paleontológico. Hasta hace relativamente poco el patrimonio paleontológico siempre había sido el gran olvidado. Los esfuerzos se habían centrado en el histórico o arquitectónico.
La cantera de paleontólogos
BA: La verdad es que tenemos una buena cantera de jóvenes. Desde Parque Jurásico tenemos a una generación de entusiastas que, aplicando las nuevas tecnologías, está haciendo cosas que hace unos años resultaban increíbles. Cuando se incorporan conocimientos de otras disciplinas o nuevas tecnologías el boom de resultados es tremendo. O sea que a los jóvenes sólo les puedo recomendar que aprendan mucho, y cosas variadas.
JM: Sí, ahora mismo nuestra preocupación no es tanto animar a los jóvenes a estudiar paleontología, sino que a veces tenemos que desanimarles. Vocaciones tenemos y muchas. Quien sabe, tal vez en un mundo tan difícil tal vez sean las vocaciones las que pueden hacer que nuestros jóvenes tiren adelante. Por eso es importante no parar el futuro, como hemos dicho al principio.
BA: Ha habido otras crisis en la ciencia, esto no es nuevo. Pero muchos habíamos empezado a creer que ahora sí, que ya existía una carrera investigadora. Y ahora puede cortarse. Hay que decirle a los políticos y gestores que si cortan ahora, están limitando también lo que podremos hacer en 10 o 20 años.