Los primeros primates de aspecto moderno o euprimates aparecieron al inicio del Eoceno, hace 56 millones de años, en un período de calentamiento repentino del planeta llamado “Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno”. Este contexto climático de altas temperaturas a escala global durante el cual se desarrollaron ambientes de bosque tropical incluso en latitudes elevades favoreció la propagación de distintos grupos de animales, entre ellos los primeros representantes del orden al que pertenecemos los humanos: los primates
Los primeros euprimates ya presentaban una serie de rasgos característicos que los diferenciaron de otros animales: uñas en lugar de garras, visión estereoscópica, mayor capacidad craneal y hálux y pulgares oponibles. Se han propuesto diferentes escenarios para explicar las principales causas que propiciaron la adquisición de estas adaptaciones, que incluyen cambios en la dieta, en la locomoción, o bien una combinación de ambos factores.
Imagen de las velocidades evolutivas y cambios de tendencia evolutivos de la forma del navicular en primates actuales y extinguidos. Las velocidades de cada rama están codificadas por el color (colores más cálidos indican mayor velocidad evolutiva mientras que colores más fríos indican menor velocidad evolutiva). Los cambios de tendencia evolutivos están indicados por triángulos azules. (Extraído de Monclús-Gonzalo, O. et al. DOI: 10.1016/j.jhevol.2023.103395. Bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 4.0))
Pese a que en el registro fósil los restos de elementos poscraneales (la parte del esqueleto que no incluye el cráneo) son escasos, su estudio ha permitido entender mejor el comportamiento locomotor de estos animales. En particular, el análisis del tarso (la parte posterior del pie que conecta con los huesos de la pierna) es especialmente interesante. Esta zona del pie es relativamente abundante en el registro fósil y, además, es muy informativa en lo que se refiere al comportamiento locomotor. Sin embargo, hasta ahora la mayoría de los estudios sobre este elemento anatómico se limitaban a describir y comparar la morfología de estos huesos, sin abordar el análisis desde una perspectiva cuantitativa y macroevolutiva.
Recientemente, un equipo encabezado por Oriol Monclús Gonzalo, investigador predoctoral del grupo de investigación en Paleoprimatología y Paleoantropología del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y estudiante de doctorado del programa en Geología de la Universitad Autònoma de Barcelona (UAB), ha conducido un estudio publicado en la revista internacional Journal of Human Evolution donde se analiza la evolución y diversificación de la locomoción en los primeros euprimates a través de la morfología del navicular, uno de los huesos que forman parte del tarso.
Gracias al uso de la morfometría geométrica, una técnica que permite cuantificar la forma de los elementos anatómicos y visualizar su variación morfológica, se ha podido demostrar que existe una relación significativa entre la forma del navicular y el tipo de locomoción en primates, indicando, por tanto, el potencial del navicular como predictor del comportamiento locomotor en futuros hallazgos. El estudio también ha reconstruido los principales modos locomotores de hasta 13 especies de euprimates extintos, donde están representados los dos grupos principales que habitaron Eurasia, África y Norte América durante el Eoceno: los adapiformes (emparentados con los lémures y lorisoideos actuales) y los omomyiformes (relacionados con los tarseros). Los resultados indican que estos primeros primates de aspecto moderno presentaban ya un amplio abanico de comportamientos locomotores, aunque éste era más limitado que el de las especies actuales. Por último, también se ha descubierto que la velocidad de evolución morfológica del navicular aumentó justo antes de la aparición de los primates de aspecto moderno, probando la importancia de este hueso (y de la región del tarso en general) durante la radiación inicial de los euprimates.
Este estudio corrobora que los cambios en la locomoción jugaron un papel clave durante la temprana evolución de los primates y profundiza en su conocimiento. Futuros estudios con técnicas morfométricas avanzadas (como la morfometría geométrica) y de métodos filogenéticos comparativos, serán primordiales para seguir investigando aspectos paleobiológicos relevantes de los principales grupos de organismos, y así ayudarnos a obtener un mejor conocimiento de cómo y qué causas propiciaron su evolución.
Además de Monclús-Gonzalo, el equipo de investigación incluye David M. Alba (ICP), Judit Marigó (ICP y UAB), Anaïs Duhamel (Université de Lyon) y Anne-Claire Fabre (Naturhistorisches Museum Bern).
Imagen principal: Recreación de diversas especies de primates del período Paleógeno representando distintas posturas y comportamientos locomotores. De izquierda a derecha y de arriba abajo: Dryomomys szalayi, Ignacius clarkforkensis, Cantius ralstoni, Notharctus robustior y Omomys carteri. Roc Olivé / © Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont. Amb la col·laboració de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
Artículo de referencia:
- Monclús-Gonzalo, O., Alba, D. M., Duhamel, A., Fabre, A.-C., & Marigó, J. (2023). Early primates already had a diverse locomotor repertoire: Evidence from ankle bone morphology. Journal of Human Evolution, 181, 103395. https://doi.org/10.1016/j.jhevol.2023.103395