Altos, bajos, rubios, castaños, con la nariz grande o pequeña ... A pesar de que todos los humanos pertenecemos a la misma especie, es bastante evidente que no todos somos iguales. Del mismo modo que esto ocurre en las personas, existen diferencias anatómicas entre los individuos de las especies no-humanas. "Las diferencias intraespecíficas en las faunas extintas a menudo nos llevan de cabeza”, explica el paleontólogo Joan Madurell, uno de los autores del estudio. " Y precisamente esto es lo que ha sucedido con el estudio de la evolución del zorro las últimas décadas", concluye.
El estudio publicado en la revista Quaternary Science Reviews para Madurell y Saverio Bartolini (Universidad de Florencia) analiza exhaustivamente las variaciones de tamaño y de distintos caracteres morfológicos de la especie de zorro actual (Vulpes vulpes) y las compara con las que se observan en diferentes especímenes fósiles atribuidos al mismo género, pero que hasta ahora se habían considerado especies distintas. La investigación concluye que en los últimos 4 millones de años en Europa hubo una única especie de zorro (Vulpes alopecoides) a partir de la cual habría derivado la especie actual.
V. alopecoides es un zorro de tamaño un poco más pequeño y, probablemente, con una dieta menos generalista que la actual. Hace unos 400.000 años, esta especie habría dado lugar a una nueva especie algo más grande y generalista, el zorro rojo actual, que está distribuido por toda Eurasia, Norteamérica, el sur de Australia y el norte de África. Los investigadores atribuyen la aparición del zorro rojo actual a los cambios ocurridos en los ecosistemas europeos por la intensificación de los ciclos glaciares.
Imagen 1. Algunos de los restos craneodentales de V. alopecoides analizados en el estudio
El caso del zorro no es excepcional en el estudio de la evolución de los vertebrados en Europa, una disciplina que se inicia hace unos 150 años. Desde entonces se han descrito una gran variedad de especies de mamíferos y, posteriormente, muchas de ellas han sido consideradas especies sinónimas, es decir, que pertenecían a especies ya conocidas. "Hay que tener en cuenta, además, que los paleontólogos a menudo se han interesado más por las especies de carnívoros grandes y espectaculares como los tigres dientes de sable, que por las pequeñas como los zorros", comenta Joan Madurell.
El trabajo también muestra cómo la naturaleza tiende a la simplicidad y que los linajes evolutivos a menudo (aunque no siempre) tienden a ser parsimoniosos y que los cambios evolutivos suceden mayoritariamente impulsados por cambios bruscos de índole climática en los ecosistemas.
Imagen principal: Zorro rojo (Vulpes vulpes) con un roedor en la boca. (Flicker: @tambako / CC BY-ND 2.0)
Artículo original: Bartolini Lucenti, S., & Madurell-Malapeira, J. 2020. Unraveling the fossil record of foxes: An updated review on the Plio-Pleistocene Vulpes spp. from Europe. Quaternary Science Reviews. DOI: 10.1016/j.quascirev.2020.106296