Los titanosaurios forman parte de uno de los grupos más grandes y más diversos de dinosaurios saurópodos, animales herbívoros de gran tamaño que se caracterizaban por tener un cuello y una cola largos, así como un cráneo relativamente pequeño en comparación con el resto del cuerpo. En el sur de Europa fue un grupo muy abundante durante el Cretácico superior, hace entre 100 y 66 millones de años, momento en que los dinosaurios desaparecieron de la superficie de la Tierra. Sólo un pequeño grupo sobrevivió, dando lugar a las aves que actualmente conocemos.
Varios investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) describen en un artículo publicado en la revista Historical Biology, un fragmento de vértebra cervical de un titanosaurio que vivió en lo que actualmente es el Pirineo entre 220.000 y 130.000 años -un tiempo muy corto en términos geológicos- antes de la gran extinción masiva que sucedió al final de la era de los dinosaurios. Se trata del resto más reciente de este grupo en toda Europa. El hallazgo del fósil, así como el resto de piezas estudiadas, tuvo lugar en diferentes campañas de prospección durante los años 2012 y 2013 en varios puntos cercanos a la ciudad de Berga y la Nou del Berguedà.
Imagen de la vértebra recuperada y reconstrucción de su posición (Albert G. Sellés / ICP)
La vértebra se encontró en lo que se conoce como el "gres de los reptiles" que aflora en la localidad del Portet, cerca de la sierra de Queralt. El gres de reptiles es un estrato geológico que se depositó poco antes del límite K-T que coincide con la extinción de los dinosaurios en el mundo. "Sólo hay otra localidad en Europa, en el municipio de Larcan, en Francia, que tiene restos de dinosaurio algo más recientes que ésta, pero no corresponden a titanosaurios sino a hadrosaurios", explica Albert Sellés, uno de los autores del estudio. La vértebra se encontró rodeada de una matriz muy compacta de sedimento y fue necesario estudiar la forma del fósil previamente con un escáner de alta resolución antes de proceder a su restauración.
El análisis histológico del resto sugiere que la vértebra correspondió a un individuo adulto. Sin embargo, ya que se trata de un hueso muy fragmentario, no ha sido posible asignarlo a una especie concreta.
Diente de cocodrilo (a), placa de tortuga (b) e isquion de hadrosaurio (c)(ICP)
En un segundo trabajo publicado recientemente en la revista Spanish Journal of Paleontology, los investigadores del grupo de investigación del Mesozoico del ICP describen diversos restos fósiles de otros grupos faunísticos encontrados en esta misma zona, entre las que hay placas de tortuga de río de una familia extinguida (los botremídidos), un diente de cocodrilo, un fragmento de diáfisis que podría corresponder a un terópodo y varios restos de hadrosaurio.
Tradicionalmente, la disminución de los titanosaurios en el suroeste de Europa se creía relacionada con la entrada de hadrosaurios, a menudo conocidos como dinosaurios "pico de pato" por la forma de su cráneo. De todos modos, los dos estudios reflejan que, a nivel de grandes grupos faunísticos, no se produjo una disminución significativa de la diversidad de dinosaurios en el noreste de Iberia, al menos hasta los últimos cientos de miles de años antes extinción. "Esto apoya la hipótesis que proponen que la extinción de los dinosaurios no avianos fue súbita en lugar de gradual", comenta Josep Marmi, investigador que ha participado en ambos estudios.
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- Sellés, A.G., Marmi, J., Llàcer, S. & Blanco, A. (2015). The youngest sauropod evidence in Europe. Historical Biology . DOI: 1080/08912963.2015/1059834