Sahelanthropus, junto con Orrorin y Ardipithecus, ha sido tradicionalmente considerado uno de los primeros homininos, una especie cercana a la separación entre los grandes simios antropomorfos africanos y el género Homo. Sin embargo, debido a la naturaleza fragmentaria de los restos fósiles, el estatus de hominino de Sahelanthropus ha generado mucho debate en la comunidad científica desde que fue descubierto en 2001 en el desierto de Djurab, en Chad.
La especie fue descrita a partir de los restos de un individuo que se bautizó con el nombre de Toumaï, que significa "esperanza de vida" en la lengua local. Su cráneo se ha convertido en una pieza clave para el estudio de la evolución humana. Aunque no tenemos mucha información sobre este hominino, sabemos que vivía en el actual África Central. En aquel entonces, era una zona con una gran diversidad de ambientes, desde praderas y sabanas hasta bosques en galería y lagos habitados por peces, cocodrilos e hipopótamos, entre otros animales.
A parte del cráneo, solo se han recuperado tres elementos de su esqueleto: dos cúbitos y un fémur. Este último conserva solo la parte central del hueso —la diáfisis— y no los extremos, que suelen ser las regiones más informativas de los huesos largos. Basándose exclusivamente en la forma y estructura de la diáfisis de Sahelanthropus, en el año 2022 se publicó un estudio que afirmaba que la forma principal de locomoción de esta especie era sobre dos piernas, por lo tanto, que los homininos ya eran bípedos hace unos 7 millones de años.
Imagen 1. Material postcraneal original de Toros-Ménalla, Chad. Arriba, el fémur de Sahelanthropus tchadensis y abajo uno de los cúbitos (derecho). Escala de la barra 10 mm. Modificado de Daver et al. (2022). DOI: https://doi.org/10.1038/s41586-022-04901-z
Ahora, un estudio liderado por el Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology de Leipzig en colaboración con el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y otras instituciones de diferentes países, cuestiona que Sahelanthropus caminara regularmente erguido sobre las dos extremidades posteriores. Mediante un análisis detallado de la morfología externa y la arquitectura interna de la diáfisis del fémur, el equipo de investigación ha revelado una serie de características que no son compatibles con un comportamiento bípedo habitual.
"La mayoría de características del fémur de Sahelanthropus no son consistentes con un bipedismo habitual. De hecho, no muestra similitudes ni con australopitecos ni con humanos modernos, sino más bien con hominoides no homininos como los gibones, orangutanes y gorilas", comenta Marine Cazenave, Jefa de Grupo Junior en el Departamento de Orígenes Humanos del Max Planck Institute y autora principal del estudio.
El artículo muestra que los restos postcraneales de Sahelanthropus apuntan a un tipo de locomoción diferente al bipedismo habitual. "La investigación aporta nuevas evidencias para avanzar en el intenso debate sobre las características que distinguen a los simios del Mioceno superior de los primeros miembros del linaje humano. Creemos firmemente en la necesidad de realizar análisis más exhaustivos para avanzar en la comprensión del origen del bipedismo. Sin embargo, hasta el día de hoy, cómo se movía Sahelanthropus sigue siendo una incógnita", explica Marta Pina, investigadora 'Beatriu de Pinós' del ICP.
Imagen principal: Vista parcial del yacimiento del Mioceno superior en el desierto de Djourab, Chad, fotografiada el 19 de julio de 2001 (por A. Beauvilain). A la derecha, iluminado, el fémur parcial atribuido a Sahelanthropus tchadensis.
Artículo original:
- Cazenave, M., Pina, M., Hammond, A.S., Böhme, M., Begun, D.R., Spassov, N., Gazabón, A.V., Zanolli, C., Bergeret-Medina, A., Marchi, D., Macchiarelli, R., Wood, B., 2024. Postcranial evidence does not support habitual bipedalism in Sahelanthropus tchadensis: A reply to Daver et al. (2022). Journal of Human Evolution 103557. https://doi.org/10.1016/j.jhevol.2024.103557