Investigadores del ICP en colaboración con investigadores de Andalucía han publicado el hallazgo de restos fósiles del género Desmanella, lo que supone el registro más al sur de toda Eurasia de este género de topos. Los resultados de este trabajo muestran que estos especímenes coincidieron con un pico en la humedad ambiental registrado en esta cuenca. Esto indica que la presencia de este enigmático animal en Europa estuvo ligada a unas condiciones ambientales inusualmente húmedas.
El artículo “Environmental control on the biogeographical distribution of Desmanella (Soricomorpha, Mammalia) in the Miocene of the Iberian Peninsula” publicado en la revista Palaeontogy lo firman Antonio García-Alix (Instituto Andaluz de ciencias de la tierra), los investigadores del ICP Marc Furió y Raef Minwer-Barakat y Elvira Martin Suarez yMatthijs Freudenthal (Departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada)
Aunque la mayoría de la gente considera a los topos como animales subterráneos de pequeños ojos, existen diversos géneros de esta especie que no pasan su vida bajo tierra. Un ejemplo de ello son los topos nadadores, como el amenazado Desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus) o algunos topos incapaces de construir galerías por lo que viven íntegramente en la superficie, como algunas especies del sudeste asiático. De hecho, estos últimos son muy similares a la Desmanella, una especie de topo corredor que pobló Europa hace unos 7 millones de años, antes del tránsito entre el Mioceno y el Plioceno. El artículo concluye que la presencia de este animal en Europa estuvo ligada a unas condiciones ambientales inusualmente húmedas.
Granada, un entorno privilegiado
La Cuenca de Granada, situada en el centro de la cordillera Bética al sur de la Península Ibérica, se ha convertido en una localización privilegiada para el estudio de los cambios climáticos de la región. El completo registro fósil de pequeños mamíferos del Mioceno y Plioceno y la riqueza de los sedimentos nos permiten observar la presencia o ausencia de taxones especialmente sensibles a determinadas condiciones ecológicas, con lo que podemos reconstruir las variaciones climáticas acontecidas entre 7 y 4 millones de años atrás. Este es el caso de Desmanella, desconocido hasta la actualidad en la Península ibérica, y que se encuentra en la Cuenca de Granada cuando las condiciones climáticas durante el Neógeno en esta región eran diferentes –más humedad- del resto de la península.
La importancia del hallazgo
Hasta la fecha, se consideraba que los topos corredores del género Desmanella podían habitar en cualquier lugar, independientemente de las condiciones ambientales. Sin embargo, el estudio muestra que la presencia de Desmanellaen la Cuenca de Granada se limita a pocos niveles de fósiles. Lejos de la casualidad, estos niveles coinciden con los momentos de mayor humedad ambiental en la cuenca a finales del Turoliense –hace 7 millones de años- , como se puede deducir a partir de los sedimentos y el resto de fauna. En los otros niveles fosilíferos conocidos, que cubren el Turoliense medio y superior (Mioceno) y el Rusciniense (Plioceno) –entre 6 y 3 millones de años- , no se ha encontrado rastro de este animal.
Los investigadores relacionan esta dependencia con la alimentación de Desmanella, basada en pequeños invertebrados, que proliferan en condiciones de mucha humedad o mucha lluvia. Además, dado el pequeño tamaño de las especies deDesmanella, su presencia estaría ligada a temperaturas más bien cálidas, puesto que no eran animales capaces de almacenar grasa corporal suficiente para hibernar como hacen otros mamíferos.
Familia de Desmanella
La posición sistemática del género Desmanella dentro de la familia Talpidae es objeto de debate. Desde su descubrimiento en 1972, la clasificación de este animal ha cambiado dependiendo del autor, habiendo sido incluido en casi todos los grupos de topos que existen. Recientes descubrimientos paleontológicos, unidos a estudios llevados a cabo por genetistas moleculares, parecen indicar que Desmanella pertenece a la subfamilia Uropsilinae, una línea evolutiva que se separó del resto de topos hace alrededor de 40 millones de años. En el estudio de García-Alix y colaboradores se considera esta opción como la más probable, y se propone una nueva metodología para llevar a cabo las medidas dentales de todos los uropsilinos.
Este artículo ha sido redactado por Carolina D'Amico Ongaro, alumna del Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental de la UPF.