El quart metarsià del peu de Burtele, a la mà de la seva descobridora Stephanie Melillo. © The Cleveland Museum of Natural History. Cortesia de Yohannes Haile-Selassie

“Si no tuviéramos estos pies, no tendríamos este cerebro”, titulaba ayer La Vanguardia en la entrevista a Salvador Moyà, director de l’ICP y una de las voces expertas sobre el origen del bipedismo. La entrevista acompañaba la noticia del hallazgo de un pie de hace 3,4 millones de años. El artículo publicado a la revista Nature confirma queAustralopithecus afarensis no fue la única especie de hominino en África hace unos 4 millones de años.

Hasta ahora Lucy, un espécimen de Australopitheucs afarensis, ha sido el ancestro humano más conocido. Pero elhallazgo de los restos parciales de un pie en Burtele, como se conoce popularmente esta área de la región de Afar en Etiopía, cambia este escenario. Había una discusión abierta sobre si la especie de Lucy, que vivió hace entre 3,8 y 2,9 millones de años, había sido la única especie pre-humana en aquella época. El pie de Burtele confirma que no, que existía otra especie de hominino –el grupo de los homínidos que incluye los actuales humanos, chimpancés y gorilas- que estaría algo más adaptada para trepar a los árboles.

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El dedo gordo de Burtele

Si el dedo gordo de Autralopithecus afarensis estaba alineado con el resto de los dedos del pie, como es el caso del pie humano, en el  pie de Burtele este dedo tenía una posición oblícua, más similar al pulgar de nuestra mano. Esto indica que era un primate adaptado a la vida arborícola, pero que también podría desplazarse erecto sobre los dos pies. A pesar de todo, las características del pie muestran que seguramente no podría desplazarse tan ágilmente ni durante tanto tiempo como lo podía hacer Lucy.

 

El peu de Burtele. © The Cleveland Museum of Natural History. Cortesia de Yohannes Haile-Selassie

Por ahora el pie de Burtele no ha podido ser asignado a una especie concreta, a pesar de que hay rasgos de su morfología similares a Ardipithecus ramidus, una especie de homínido que sabemos vivió hace unos 4,4 millones de años a la misma región. Tal y como explicaba el investigador Yohannes Haile-Selassie, del Museo de Historia Natural de Cleveland y primer autor del artículo, el hecho de no tener restos craneales ni dentales, así como el ser un espécimen joven, impide de momento asignarlo a esta especie.

Y como decía Salvador Moyà en la entrevista de La Vanguardia, la evolución de cada parte del cuerpo está relacionada con el resto. Concretamente, la evolución de los pies y la de las manos son dos páginas de la misma historia. Es sólo gracias al bipedismo que pudimos liberar nuestras manos, y desarrollar también nuestro cerebro. Sin estos pies, no tendríamos el cerebro que tenemos.

 

+ info “Lucy Lived Among Close Cousins: Discovery of Foot Fossil Confirms Two Human Ancestor Species Co-Existed”, noticia del Museo de Historia Natural de Cleveland

 

El homínido que caminó junto a Lucy”, y la entrevista a Salvador Moyà  por Josep Corbella en La Vanguardia (29/03/2012).

 

Last modified on Lunes, 09 Marzo 2015 13:43
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