El pasado 6 de julio, un grupo de 30 personas entre los que había voluntarios, amigos y personal del ICP, así como personas inscritas en el curso "Gairebé humans" de la Institució Catalana d’Història Natural, participó de la salida organizada por el Institut a Els Hostalets de Pierola para recorrer algunos de los yacimientos cercanos al Barranco de Can Vila. El conservador del ICP, Jordi Galindo, condujo las explicaciones sobre la geología de la cuenca del Vallés-Penedés y sobre la historia de estos yacimientos, que se estudian desde hace casi 100 años.
Unas 30 personas participaron en el paseo organizado por el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont a los yacimientos clásicos del entorno de la Riera de Claret, en Els Hostalets de Pierola. El grupo estaba integrado por voluntarios del museo, personal del Institut, algunos de los ganadores del concurso literario "Historias fósiles" y participantes del curso de la Institució Catalana d’Historia Natural "Gairebé humans", que tenían pendiente la salida que tuva que ser aplazada por el mal tiempo en el mes de junio.
El paseo comenzó en el cementerio de Els Hostalets de Pierola con las explicaciones del conservador del ICP JordiGalindo sobre la geología de la cuenca del Vallés-Penedés, un área de más de 100 kilómetros de longitud y con una anchura de entre 12 y 14 kilómetros que ha proporcionado fósiles de gran significación desde comienzos del siglo XX. Durante el Mioceno (hace entre 23 y 5 millones de años) esta cuenca se fue llenando mayoritariamente por sedimentos aportados por abanicos aluviales con intercalaciones de sedimentos marinos como consecuencia de una elevación del nivel del mar hace entre 17 y 15 millones de años a causa de un incremento brusco de las temperaturas. Son estossedimentos aportados por los abanicos aluviales los responsables del entierro y posterior fosilización de los restos de vertebrados de los yacimientos de Els Hostalets de Pierola.
El grupo siguió el camino que desciende suavemente dirección sureste hacia la Riera de Claret. Desde diversos puntos del recorrido se puede observar el Vertedero Controlado de Can Mata. Aunque el trabajo de excavadoras y bulldozers del Vertedero de Can Mata podría parecer un peligro para el registro fósil, el trabajo realizado desde el ICP para instaurar medidas correctoras en la declaración de impacto ambiental de esta infraestructura, ha resultado muy beneficiosa para la investigación científica. Sin ir más lejos, la intervención preventiva y de control sobre unas obras de ampliación del vertedero que se hicieron en el año 2002 permitió localizar los restos de una nueva especie de primate, Pierolapithecus catalaunicus, Pau, hace 12 millones de años.
El entorno en el que vivió este primate hominoideo era bastante diferente del que observaron los participantes en la excursión, un paisaje principalmente dominado por pinos y cultivos. La montaña de Montserrat no tenía el aspecto actual, probablemente era más alta y apenas empezaban a aflorar los relieves que la caracterizan. La vegetación era la que correspondería a una selva subtropical y por ella paseaban elefantes con largos colmillos, grandes rinocerontes, jabalíes , reptiles y tortugas.
Antes de llegar a la riera de Claret, los participantes pudieron observar los restos fósiles de una tortuga gigante al lado del camino. Las tortugas gigantes encontradas en Can Mata pertenecen al género Cheirogaster y son endémicas de la región Mediterránea. En este caso, no se observaba la cáscara entera, sino una sección transversal de la misma, ya que la erosión había hecho desaparecer el resto. Durante el Mioceno, este grupo de tortugas lograron tamaños particularmente grandes en el Antiguo Continente.
Ya en la Riera de Claret, los participantes de la excursión se dedicaron a observar fósiles, tal como lo habían hecho ilustres paleontólogos catalanes durante buena parte del siglo XX. El potencial fosilífero del área de Els Hostalets fue descubierto por Mario Guerín, que durante la década de los años 20 recolectó el que sería el primer resto de un primate fósil de la cuenca del Vallés-Penedés. Miquel Crusafont y Josep Fernández de Villalta prospectaron intensivamente la zona durante los años 40, recogiendo nuevo material. En la década de los 70, ya creado el Instituto de Paleontología de Sabadell, paleontólogos como Jordi Agustí, Josep Gibert o Salvador Moyà, actual director del ICP, siguieron trabajando y publicando nuevos hallazgos.
La vuelta hasta el cementerio hacia media de bajo un sol de justicia puso a prueba la resistencia de los participantes, que pudieron recuperar fuerzas en una comida reparador en un restaurante del pueblo.