El estudio morfométrico del fémur del primate fósil Aegyptopithecus zeuxis ha revelado que la estructura de la cadera (una parte de la anatomía muy relacionada con el sistema locomotor) de los cercopitécidos (o monos del Viejo Mundo) y los hominoideos (que incluyen los simios antropomorfos como los chimpancés y los humanos) divergió evolutivamente en direcciones opuestas a partir de una forma primitiva del Oligoceno.

L’estudi morfomètric del fèmur del primat fòssil Aegyptopithecus zeuxis ha revelat que l’estructura del maluc (una part de l’anatomia molt relacionada amb el sistema locomotor) dels cercopitècids (o mones del Vell Món) i els hominoïdeus (que inclouen els simis antropomorfs com els ximpanzés i els humans) va divergir evolutivament—en direccions oposades—a partir d’una forma primitiva de l’Oligocè.  

Investigadores de la Universidad Stony Brook y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) analizan en un artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) cómo cambió la morfología de los dedos de los pies para permitir el desplazamiento bípedo los primeros homininos. El estudio revela que el dedo gordo del pie mantuvo su capacidad prensil hasta hace relativamente poco tiempo.

Un estudio publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology por un equipo de investigadores internacionales revela que los gorilas de montaña se desplazan apoyando las manos en el suelo de formas muy diversas y no sólo con los nudillos, como se creía hasta ahora. Un 40% de los individuos estudiados presentaban posturas diferentes de apoyo, algunas nunca observadas anteriormente en gorilas. El hallazgo pone en cuestión el modelo actual de evolución del bipedismo en los homininos.

Un estudi publicat a la revista American Journal of Physical Anthropology per un equip d’investigadors internacionals revela que els goril·les de muntanya es desplacen recolzant les mans al terra de formes molt diferents i no només amb els artells, com es creia fins ara. Un 40% dels individus estudiats presentaven formes diferents de recolzament, algunes mai vistes a goril·les. La troballa posa en qüestió el model actual d’evolució del bipedisme en els hominins.

El investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, Sergio Almécija, por un lado y Nathan M. Young, de la Universidad de California, por el otro, han intercambiado opiniones ésta a través de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) sobre cómo podría haber sido el antepasado común entre humanos y chimpancés, lo que se conoce como el LCA. Estos tipos de debates científicos permiten hacer avanzar determinadas áreas de conocimiento.

Mans humanes

La mano humana, contrariamente a la visión científica de las últimas décadas, ha cambiado menos que la del chimpancé en los últimos 6 millones de años y representa una de las estructuras más primitivas del esqueleto humano. Esta es una de las conclusiones principales de una investigación liderada por Sergio Almécija, investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, que publica hoy la revista Nature Communications. Los resultados también muestran que las proporciones de nuestra mano no evolucionaron específicamente para fabricar y usar herramientas de piedra, sino que no han cambiado demasiado desde los simios ancestrales que vivieron hace 18 millones de años.

Restes del polze d'un simi fòssil de Castell de Barberà.

El American Journal of Physical Anthropology publica esta semana en su edición online el trabajo «The Thumb of Miocene Apes: New Insights From Castell de Barberà (Spain)», que firman tres investigadores del ICP y que muestra que las proporciones de la mano humana, especialmente en cuanto a su largo pulgar, son más similares a las proporciones de los simios fósiles que a las de los grandes simios actuales. Los chimpancés, gorilas y orangutanes presentan una mano alargada con un pulgar corto, ya que están adaptados a suspenderse bajo las ramas.

 

A partir de nuevos restos del pulgar de un simio fósil del yacimiento de Castell de Barberà (Barberà del Vallès, Barcelona), los investigadores del ICP Sergio Almécija -actualmente en el Museo Americano de Historia Natural- David M. Alba y Salvador Moyà-Solà publican una investigación que compara la morfología de la mano de los humanos con la de los grandes simios actuales, así como también con la de diferentes especies de simios fósiles. El trabajo que se publica esta semana en la edición online del American Journal of Physical Anthropology se centra en el dedo pulgar, y concluye que el hecho de tener una mano ligeramente corta con un pulgar relativamente largo es una característica primitiva que ya estaba presente en los simios fósiles.

 

 

Reconstrucció 3D de la mà de l'homínid fòssil Pierolapithecus catalaunicus, conegut com a Pau. S'observa que no tenia una mà molt llarga en relació a la llargada del polze, igual que passa amb els humans. Sergio Almécija. ICP

Así pues, el hecho de tener un pulgar largo no estaría directamente relacionado con la evolución de una motricidad fina de las manos, como la que caracteriza a los humanos, sino a la capacidad de los simios fósiles de poder agarrarse a las ramas de los árboles de forma segura mientras caminaban por encima suyo. No fue hasta más tarde que los simios desarrollaron adaptaciones para la ortogradía, la posición erecta del tronco, que permitió a algunos simios desplazarse colgándose de las ramas de los árboles (desarrollando manos largas con pulgares cortos) y a los ancestros de los humanos desarrollar el bipedismo. Gracias al hecho de caminar sobre las extremidades inferiores, las manos fueron liberadas en cuanto a la locomoción, y los humanos hemos podido sacar el máximo provecho del pulgar para manipular objetos.

En general, los primates presentan unas manos a caballo entre adaptaciones basadas en la locomoción y las basadas en la manipulación. En algunos casos, el pulgar no juega un papel importante en los desplazamientos, pero siempre tiene un papel destacado en las actividades de manipulación. Esto hizo pensar durante mucho tiempo que el largo pulgar de los humanos era una adaptación evolutiva ligada a nuestra capacidad de hacer cosas con las manos. Este estudio, sin embargo, muestra que tener un pulgar largo es una condición primitiva, ya presente en los simios fósiles del Mioceno (los primeros homínidos) hace entre 13 y 10 millones de años, que tenían un pulgar relativamente largo, como los humanos. En cambio, parece ser que los simios actuales (que son más grandes que los fósiles) son los que han evolucionado más en este respecto, alargando la mano y reduciendo la longitud del pulgar para poder suspenderse bajo las ramas.

+ info Almécija, S., Alba, D.M. & Moyà-Solà, S. (pubished online, 2012). The Thumb of Miocene Apes: New Insights From Castell de Barbera' (Catalonia, Spain). American Journal of Physical Anthropology.

+ info Sobre Castell de Barberà y ortros hallazgos fósiles

 

Reconstrucció de l'espècimen fòssil Hispanopithecus laietanus, a partir de les restes trobades a Can Llobateres. Laura Celià. ICP

El investigador del ICP Sergio Almécija publica esta semana un artículo en la revista Journal of Human Evolution que confirma que la especie conocida como Hispanopithecus laietanus, el representante más famoso del la cual es conocido popularmente como Jordi, caminaba de una forma particular que no ha sido observada en otros primates actuales. A partir del estudio de la tibia de Jordi se ha confirmado que H. laietanus combinaba la capacidad de escalar y trepar verticalmente con la habilidad de caminar a cuatro patas por encima de los árboles.

La locomoción de Hispanopithecus laietanus se conocía bastante bien con anterioridad, gracias al esqueleto de Jordi y, especialmente, por los abundantes restos de la mano de las que se dispone. Estos restos indicaban que H. laietanus no sólo tenía una postura ortògrada (erecta) adecuada para trepar verticalmente por los troncos y adaptaciones para suspenderse de las ramas como hacen la mayoría de de homínidos actuales (especialmente orangutanes y chimpancés), sino que también retenía adaptaciones similares a los monos arbóreos actuales para moverse de manera cuadrúpeda por encima de las ramas. Esta combinación de suspensión y cuadrupedismo arbóreo no se ha documentado en ningún otro homínido actual o fósil.

En este artículo que publica online esta semana la revista Journal of Human Evolution, se ha descrito y analizado en detalle una de las extremidades inferiores, concretamente la parte distal de la tibia del esqueleto de Jordi. Esta zona es la parte más cercana del tobillo, y es de gran valor para hacer inferencias locomotoras en fósiles porque refleja tanto el grado como el tipo de movilidad del pie. La investigación la han llevado a cabo el investigador del ICP Sergio Almécija, conjuntamente con Melissa Tallman (líder del proyecto) de la Grand Valley State University (Estados Unidos) y otros investigadores de la Universidad Central de Lancashire (Reino Unido) y del ICP.

En el estudio se ha comparado esta zona de la tibia de Hispanopithecus con el equivalente en otros 181 primates pertenecientes a 17 especies distintas entre hominoideos fósiles (como Proconsul o Sivapithecus), simios actuales como gorilas, orangutanes, chimpancés y gibones, así como monos del Viejo Mundo como macacos o násicos (estos últimos pertenecientes al género Nasalis, característicos por su prominente apéndice nasal). Las comparaciones numéricas se han hecho mediante morfometría geométrica en tres dimensiones, que permite comparar morfologías usando coordenadas tridimensionales homólogas entre distintos individuos.

 

Diverses vistes de la tibia de H. laietanus. ICP.

Los resultados indican que la morfología de esta zona de la tibia es única en H. laietanus y que en determinados aspectos se asemeja a la de los hominoideos actuales (especialmente a la de los orangutanes y gibones), mientras que en otros aspectos es más cercana a los cercopitécidos o monos del Viejo Mundo. Esta posición exclusiva concuerda con los datos que se habían obtenido con el análisis de otras zonas anatómicas de esta especie.

Este trabajo refuerza la hipótesis de que los hominoideos del Mioceno poseían unos repertorios locomotores, es decir, se movían de un modo diferente a la de ningún otro primate actual, y en el caso de Hispanopithecus, combinando cuadrupedismo y suspensión arbóreos. Además, los resultados indican que la evolución de los grandes simios ocurrió en forma de mosaico, con pequeños cambios en diferentes partes del esqueleto, causando combinaciones de rasgos morfológicos inexistentes hoy día .

+info Tallman, M., Almécija, S., Reber, S.L., Alba, D.M., Moyà-Solà, S.(2013). "The distal tibia of Hispanopithecus laietanus: more evidence for mosaic evolution in Miocene apes." Journal of Human Evolution 64: 319-327.

 

Reconstrucció d'en Pau (Pierolapithecus catalaunicus) al Museu de l'ICP. Albert Uriach. ICP.

Un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Missouri y del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont describen la pelvis de Pau (Pierolapithecus catalaunicus) encontrada en el Abocador de Can Mata (els Hostalets de Pierola) en 2003 , en un artículo publicado en línea en la revista Journal of Human Evolution. Más de 8 años después de la publicación en la revista Science del hallazgo de Pau, sus fósiles aún son objeto de estudio y dan lugar a nuevas publicaciones científicas.

El estudio de la pelvis aporta una valiosa información sobre la forma de desplazarse de los primates, pero son pocas las que se han recuperado del registro fósil de los hominoideos del Mioceno. Hasta ahora, apenas se habían descrito dos pelvis, que pertenecían a Proconsul nyanzae, un primate de la familia proconsúlidos que vivió en África hace unos 18 millones de años, y a Oreopithecus bambolii, un hominoideo hace unos 8 millones de años.

En el artículo publicado en línea en la revista Journal of Human Evolution y que firman la investigadora Ashley Hammond de la Universidad de Missouri y los investigadores David M. Alba, Sergio Almcécija y Salvador Moyà-Solà,del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, se describe la pelvis de Pierolapithecus catalaunicus(popularmente conocido como Pau), un hominoideo que vivió hace unos 12 millones de años en la zona del Vallés-Penedés. Del esqueleto de Pau se recuperaron 83 huesos o fragmentos de hueso, dos de los cuales corresponden a la pelvis y han sido analizados en detalle en este artículo.

 

Diferents vistes del fragment de l'isqui d'en Pau. ICP.

La pelvis de Pau está compuesta por un fragmento del ilion (el hueso de la parte superior de la pelvis) y otro del isquion (en la parte baja y trasera del coxal). Pese a que el fragmento del isquion del que se dispone es muy pequeño, su forma se parece a la que presenta Proconsul nyanzae, lo que sugiere una forma más bien primitiva. Otros estudios del esqueleto postcraneal han corroborado que Pierolapithecus catalaunicus presentaba aún adaptaciones primitivas para el desplazamiento cuadrúpedo por encima de las ramas.

Vista dorsomedial i ventrolateral de l'ili de Pau. L'escala equival a 1 cm.

El ilion de Pau, en cambio, presenta algunas diferencias respecto a la forma que se observa en Proconsul nyanzae. Una parte del éste (la llamada ala ilíaca) es más ancha que en la mayoría de monos y que en P. nyanzae. Al mismo tiempo, otra parte del ilion (la tuberosidad ilíaca) se estima que tenía una anchura intermedia entre la que se observa en los hominoideos extintos y los monos, lo que refuerza la hipótesis de que Pau se podía desplazar en una postura ortógrada ( con el tronco erecto) que le permitía trepar verticalmente.

El estudio también sugiere que algunas características morfológicas de la pelvis compartidas por los homínidos actuales (los humanos y sus parientes cercanos, orangutanes, chimpancés y gorilas) habrían evolucionado independientemente en paralelo en vez de haberse heredado a partir de un ancestro común.

+ info: Hammond, A.S., Alba, D.M., Almécija, S. & Moyà-Solà, S. (Published on line). Middle Miocene Pierolapithecus provides a first glimpse into early hominid pelvic morphology. Journal of Human Evolution.http://dx.doi.org/10.1016/j.jhevol.2013.03.002

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