Recreación del aspecto en vida del ciervo almizclero del Mioceno Micromeryx.  (Por cortesía de Israel M. Sánchez / Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont)

Los cambios en la dieta del rumiante Micromeryx, un ciervo almizclero extinto que habitó en las mismas zonas que los hominoideos y los pliopitecoideos durante el Mioceno, ha revelado que estos primates extintos ocuparon hábitats distintos en Cataluña como consecuencia de sus distintas preferencias alimentarias y tipo de locomoción. Los cambios en la vegetación provocados por un aumento de la aridez explican por qué estos dos grupos nunca cohabitaron. El estudio llevado a cabo por personal investigador de la Universidad de Zaragoza, el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont y la Universidad Complutense de Madrid se ha publicado en BMC Biology.

 Recreació de l’aspecte en vida del cérvol mesquer del Miocè  Micromeryx.  (Per cortesia d’Israel M. Sánchez / Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont)

Els canvis en la dieta del remugant Micromeryx, un cérvol mesquer extint que va habitar en les mateixes zones que els hominoïdeus i els pliopitecoïdeus durant el Miocè, ha revelat que aquests primats extints van ocupar hàbitats diferents a Catalunya com a conseqüència de les seves diferents preferències alimentàries i tipus de locomoció. Els canvis en la vegetació provocats per un augment de l'aridesa expliquen perquè aquests dos grups mai van cohabitar. L'estudi ha estat publicat a BMC Biology per personal investigador de la Universitat de Saragossa, l'Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont i la Universitat Complutense de Madrid.

Un estudio publicado en Journal of Human Evolution liderado por el investigador asociado al Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), Daniel DeMiguel, revela que la extinción de Oreopithecus bambolii, el último primate europeo del Mioceno, se produjo a causa de la irrupción de nuevas especies continentales que compitieron y depredaron sobre él. Aunque el estudio también ha detectado una inestabilidad en el clima, los investigadores descartan que fuese suficiente para provocar su desaparición.  

A partir del análisis de la estructura tridimensional del oído interno de distintas especies actuales y extintas de ciervos, un equipo internacional de investigadores en el que ha participado el investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), Daniel DeMiguel, ha revelado algunas claves hasta ahora desconocidas sobre el origen y la evolución de este grupo, que constituye una de las familias de mamíferos más diversificadas que se conocen.

Reconstrucció del crani i de l’aspecte en vida del nou gènere i espècie d’hominoïdeu Pliobates cataloniae (Marta Palmero / ICP)

Un equipo de investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont describe en la revista Science el nuevo género y especie, Pliobates cataloniae, a partir de un esqueleto procedente del vertedero de Can Mata (els Hostalets de Pierola, Cataluña). Los restos corresponden a una hembra adulta a la que los paleontólogos han llamado “Laia”. Pesaba unos 4-5 kg, se alimentaba de frutos blandos y trepaba por las copas de los árboles colgándose eventualmente de las ramas. Tiene 11,6 millones de años y, en términos de parentesco, apenas precede la divergencia entre los homínidos (grandes antropomorfos y humanos) y los hilobátidos (gibones), por lo que tiene importantes implicaciones para reconstruir el último ancestro común de ambos grupos.

Imatge d'un mòsquid actual.

Hispanomeryx andrewsi es la nueva especie extinta de ciervo almizclero del Mioceno medio, descrita a partir de fósiles de las colecciones históricas del Museo Americano de Historia Natural (AMNH),  recogidos en unas excavaciones en China, en la Formación Tunggur, en los años 30 del siglo pasado. El trabajo, publicado en elJournal of Vertebrate Paleontology en noviembre de 2011, lo firman diferentes investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid junto con Daniel DeMiguel, investigador del ICP.

Los mósquidos, o ciervos almizcleros, son una familia de rumiantes inermes (sin apéndices craneales) actualmente reducidos al género Moschus – del que se conocen siete especies-  con presencia en diferentes países asiáticos. Sin embargo, los restos fósiles más antiguos de la familia, Micromeryx e Hispanomeryx se conocían sólo en el Mioceno europeo. En el caso de Hispanomeryx, se habían descrito hasta el momento tres especies, todas a partir de fósiles recuperados en yacimientos de la Península Ibérica.

El artículo “The first known Asian Hispanomeryx (Mammalia, Rumimanta, Moschidae)”, sin embargo, da luz a unos fósiles recuperados por investigadores del AMNH hace casi un siglo, que suponen un elemento clave en el estudio de la dispersión y evolución del género. Los restos fósiles pertenecen a diferentes elementos de la dentición de varios individuos así como a una primera falange, todos encontrados en el yacimiento Wolf Camp, en la región de Mongolia (China), en excavaciones realizadas en 1930 por el paleontólogo Roy Chapman Andrews. La nueva especieHispanomeryx andrewsi, que vivió hace unos 12 millones de años en China, ha recibido su nombre en honor a este paleontólogo. Chapman lideró las expediciones al desierto del Gobi en las que se encontraron los ya archi famosos dinosaurios fósiles.

Este trabajo recoge también un estudio filogenético de este género, que situaría a la nueva especie H. andrewsi como una forma intermedia entre H. daamsi y H. aragonensis, especies endémicas de la Península Ibérica. Con esto, se muestra que los mósquidos se habían dispersado ya por toda Eurasia antes de su extinción en Europa, hace unos 8 millones de años.

 

Imatge de les restes fòssils d'Hispanomeryx andrewsi.

Redescubriendo las colecciones clásicas

En palabras del investigador Daniel DeMiguel, los fondos del AMNH nunca dejan de sorprender a uno, tanto por sus increíbles exposiciones, abiertas a todo el público, como por las colecciones de acceso exclusivo a los investigadores. Miembros del equipo encontraron abandonados en un cajón unos restos inéditos de un mósquido, cuya morfología dental era muy  diferente de las que se habían establecido hasta la fecha para las distintas especies de Hispanomeryx. Esto nos hizo “desenpolvar” los restos para estudiarlos con detalle. El hallazgo ha sido tal que demuestra que el género  estuvo también presente en Asia, y que tuvo un gran éxito evolutivo quizá precisamente por esta inesperada plasticidad en su dentición. No me cabe duda de que otras muchas sorpresas están a la espera de ser “descubiertas” en las colecciones clásicas (y ya casi olvidadas) de museos como el AMNH.

+ info Sánchez, I. M., DeMiguel, D., Quiralte, V. & Morales,J. (2011). The first known Asian Hispanomeryx (Mammalia, Ruminantia, Moschidae). Journal of Vertebrate Paleontology 31(6): 1397-1403.

 

 

La reconstrucció de Tethytragus és del paleoil·lustrador Mauricio Antón.

Investigadores del ICP documentan los primeros restos del bóvido mioceno Tethytragus en el yacimiento Abocador de Can Mata (els Hostalets de Pierola, Barcelona) en la Cuenca del Vallès-Penedès. Este hallazgo refuerza la hipótesis de un intercambio de faunas entre las cuencas centrales de la Península Ibérica y la Cuenca del Vallès-Penedés a través del área de Calatayud-Daroca (Zaragoza). El trabajo se acaba de publicar en la revista Journal of Vertebrate Paleontology.

Las excavaciones que se llevan realizando durante más de 10 años en el Abocador de Can Mata (els Hostalets de Pierola, Barcelona) han dado como resultado más de 200 localidades de vertebrados fósiles del Mioceno medio, de hace entre 12,5 y 11,5 millones de años. Entre los descubrimientos paleontológicos en esta zona del Vallès-Penedès destacan algunos de los homínidos fósiles más antiguos de Europa, pero se cuentan ya por decenas las especies de mamíferos y de otros grupos que se han identificado. En este trabajo liderado por el investigador del ICP Daniel DeMiguel se difunde el hallazgo de los restos fósiles de Tethytragus, una especie de bóvido que hasta ahora era desconocida en la Cuenca del Vallès-Penedès.

Tethytragus es un bóvido del Mioceno medio descrito en 1994 por los paleontólogos Beatriz Azanza y Jorge Morales a partir de los restos fósiles encontrados en Arroyo de Val-Barranca (Zaragoza) y en otros yacimientos de la Cuenca de Calatayud-Daroca. Posteriormente se ha encontrado también en yacimientos de la Cuenca de Madrid y, fuera de la península, se conocen también restos de este bóvido en Turquía, Francia y Alemania.  El hallazgo de la mandíbula  deTethytragus encontrada en la Cuenca del Vallès-Penedès amplia la distribución geográfica de este género, aporta nuevos datos sobre su sistemática, y permite desarrollar algunas hipótesis sobre sus migraciones por Europa.

 

Les conques amb presència documentada de Tethytragus.

La presencia de Tethytragus en la Cuenca del Vallès-Penedès puede explicarse a partir de dos posibles migraciones, tal y como se detalla en el artículo publicado en el último número de la revista Journal of Vertebrate Paleontology. Por un lado, este bóvido podría haber llegado a esta cuenca desde Francia, para extenderse después por las cuencas interiores de la Península Ibérica.

Sin embargo, Tethytragus podría también haber llegado al Vallès-Penedès desde el interior de la Península, más concretamente a través de la cuenca vecina Calatayud-Daroca. Este segundo escenario se ve favorecido por estudios recientes que muestran que la zona de Daroca sufrió un cambio climático local hace unos 12 millones de años que incrementó la humedad, así como la vegetación arbórea, haciéndola más similar (homogéneización ambiental) a la del Vallès-Penedès, y favoreciendo por tanto el intercambio de faunas entre ambas cuencas. En trabajos anteriores ya se había documentado la migración de algunas especies de cricétidos y úrsidos desde el Vallès-Penedès a la cuenca Calatayud-Daroca. Tethytragus podría ser por tanto la primera prueba de las migraciones en el otro sentido

Los restos de Tethytragus en el Abocador de Can Mata

Los restos fósiles de Tethytragus recuperados en el Abocador de Can Mata comprenden una  hemibandíbula con toda la serie dental completa –que incluye incluso incisivos.

Gracias a una detallada observación de los dientes de esta hemimandíbula, la pieza ha sido asignada a Tethytragus,siendo además los dientes muy similares a los de  la especie T. langai,  encontrada en el resto de España.

 

Hemimandíbula fòssil i dibuix on s'aprecien les principals característiques de Tethytragus. Imatge de Daniel DeMiquel i dibuix de Marta Palmero. ICP

Si observamos la figura anterior, la hemimandíbula muestra unos premolares alargados y estrechos, y unos molares de muralla lingual plana  y de corona bastante alta (mesodontos). Otros rasgos característicos de Tethytragus són que las cúspides linguales de sus tres molares inferiores están alineadas y que carecen de algunas estructuras como el ectostílido y el metastílido.

+ info DeMiguel, D., Sánchez, I.M., Alba, D.M., Galindo, J., Robles, J.M., & Moyà-Solà, S (2012). First evidence of Tethytragus Azanza and Morales, 1994 (Ruminantia, Bovidae) in the Miocene of the Vallès-Penedès Basin (Spain). Journal of Vertebrate Paleontology 32(6): 1457-1462.

 

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