Abramos una coctelera e introduzcamos con delicadeza a más de un centenar de jóvenes paleontólogos, una pizca de paisaje dinosauriano inigualable, un buen puñado de paleontología, y unos cubitos de muy buena organización. Aderecemos todo ello con un buen chorro de vino riojano, cerremos y mezclemos enérgicamente. ¿Qué obtenemos? Presentaciones científicas de alto nivel, nuevos contactos y en definitiva un gran encuentro que pone de manifiesto que la Paleontología es una ciencia cada vez más viva.
Todo eso es el Encuentro de Jóvenes Investigadores en Paleontología o lo que es los mismo el EJIP, para los amigos y conocidos que, en esta octava edición, ya son muchos. Ocho convocatorias que hablan de solera, del trabajo bien hecho, pero también de novedades, de jóvenes entusiastas y de alguna que otra sorpresa.
El ICP, como en pasadas ediciones, no sólo acudió a la cita, sino que hizo acopio de su buen hacer, con nada menos que doce presentaciones que versaron sobre las más variopintas temáticas paleontológicas.
Rodeados de las preciadas huellas de dinosaurio, las famosas icnitas, en la localidad de Enciso en pleno corazón de la Rioja, nuestros investigadores se sintieron como en casa gracias a la exquisita gastronomía riojana pero sobretodo por la excelente organización liderada por la Universidad de la Rioja y el grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza.
Un dulce encuentro que tuvo su particular guinda de pastel. El premio gordo adjudicado a uno de los nuestros en su debut expositivo. El doctorando revelación, Guillem Pons, que se erigió como ganador de la mejor presentación oral de entre todas las expuestas.
Con estos fantásticos precedentes estamos ya deseosos de asistir al noveno encuentro.
Próxima parada, Morella, Castellón.
Un “Enciso” nosotros seguro que volvemos!.