La investigadora Miriam Pérez de los Ríos, del grupo de investigación de Primatología y paleontología humana del ICP, ha realizado durante 2011 una estancia de tres meses en Kenia . El objetivo era revisar, medir y fotografiar los especímenes de hominoideos del Nairobi National Museum, que aloja una de las colecciones de primates fósiles más importantes del mundo. En este artículo Miriam nos cuenta en primera persona su experiencia profesional y vital en Nairobi.
Dentro del mundo de la investigación, conocer otros museos, tener la oportunidad de visitar colecciones y compartir y discutir el conocimiento con paleontólogos de todo el mundo es una necesidad. Por ello, y gracias a una beca del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, tuve la oportunidad de pasar tres meses en el Kenyan National Museum (KNM) en Nairobi (Kenia), donde se aloja una de las colecciones de primates fósiles más importantes del mundo.
Lo cierto es que, a pesar de ser un punto de referencia de la paleontología internacional, el KNM posee unas instalaciones poco cuidadas. Los fósiles de hominoideos y homínidos, entre los que destacan fósiles tan relevantes como el famoso “Niño de Nariokotome” (Homo erectus) o el “cráneo negro” (Paranthropus aethiopicus), se alojan en una habitación con escasas medidas de seguridad, incluso con goteras y un orden bastante caótico. Los cortes de electricidad son constantes en toda la ciudad, lo que impide un trabajo continuo, especialmente en lo referente a escaneos 3D o realización de tomografías. Quizá lo mejor era el conservador de esta sala, Tom Mukhuyu, siempre dispuesto a ayudar, educado y capaz de encontrar una aguja en un pajar. Aún así, debido a las excavaciones continuas que se organizan en Kenia, trabajé algo más de un mes sin conservador, por lo que tuve que buscar por mi misma los fósiles, ¡una misión imposible!.
A pesar de los problemas burocráticos y las tasas necesarias para investigar en el país y por tener un sitio de trabajo en el museo, la posibilidad de tener acceso a la gran cantidad de material que posee es muy útil y preciado. A lo largo de mi estancia, pude medir más de 1500 restos craneales y mandibulares de 20 especies diferentes (entre ellasProconsul, Afropithecus, Turkanapithecus, Simiolus, Nyanzapithecus…), una diversidad y riqueza excepcional para una colección. Además, estos restos pertenecen a diferentes momentos del Mioceno, desde el Inferior al Superior, lo que me permitirá tener una visión amplia de los cambios morfológicos de las especies a lo largo del tiempo y de la diversidad interespecífica, incluso entre las pertenecientes a un mismo género.
Mi principal interés en el estudio de los primates se focaliza en los hominoideos del Mioceno, pero también tuve acceso a otros catarrinos (el grupo de primates que incluye los hominoideos y los cercopitecoideos) como Victoriapithecus, un cercopitecoideo (llamados monos del viejo mundo) con unas condiciones de preservación excepcionales y que es considerado una forma basal dentro de este grupo. Comparar a los hominoideos con otros grupos de primates es de gran utilidad a la hora de identificar la variabilidad de las estructuras y las tendencias de las características con aplicación en filogenias.
Por otra parte, ya que mi investigación se centra en las características tanto externas como internas de cráneos de hominoideos, intenté conseguir tomografías computarizadas. A pesar de lo complicado que fue obtener esta información, finalmente conseguí el material que necesitaba para seguir con las comparaciones. Es difícil lograr datos cuando eres estudiante y no perteneces a un equipo de investigación con un proyecto en colaboración con el museo.
A lo largo de los tres meses pude medir, fotografiar, describir y descubrir, entre las decenas de cajones a los que tuve acceso, muchísimo material, con el que estoy completando una base de datos que creé en una estancia previa en el Muséum national d’Histoire naturelle de Paris (MNHN). Esta toma de datos está orientada a la comparación de estos especímenes con los hominoideos hallados en la cuenca del Vallès-Penedès: Pierolapithecus, Anoiapithecus,Dryopithecus e Hispanopithecus.
Además, la estancia en Kenia me permitió conocer a muchísimos investigadores de relevancia internacional en el estudio de los primates fósiles, como son Carol Ward, experta en locomoción; James Rossie, profesor de Stony Brooks y todo un referente a estructuras internas del cráneo de primates; David Begun, editor del Journal of Human Evolution, especializado en los primates del Mioceno y perteneciente al Rusinga Team, junto con otros investigadores comoKieran McNulty, Holly Dunsworth, Will Harcourt-Smith o Thomas Lehmann; y Masato Nakatsukasa, perteneciente al equipo de la Universidad de Kyoto que lleva a cabo excavaciones anuales en Kenia centrándose en faunas del Mioceno, incluyendo hominoideos de esa edad.
Gracias a esta experiencia he podido adquirir muchísima información relativa a los hominoideos fósiles, pero también me ha dado la oportunidad de conocer a investigadores de alto nivel y compartir charlas enriquecedoras que abren nuevas discusiones acerca de la evolución de los primates.
Finalmente, de estos tres meses, señalaría lo diferente y complicado que resulta vivir sola en un país como Kenia, donde tu seguridad personal no está garantizada, la ciudad es entropía en sí, el transporte público es casi inexistente y la vida parece girar a un ritmo mezcla de frenesí y tranquilidad. Un país lleno de contrastes y con paisajes que no se olvidan, pasando del puro caos a la naturaleza más elegante.