Estas son algunas de las conclusiones que se destilan del trabajo publicado por el grupo de Neógeno y Cuaternario del Instituto Catalán de Paleontología, en la revista Journal of Biogeography.
El estudio, encabezado por el investigador Isaac Casanovas Vilar y en el que han colaborado otros miembros del ICP, del Museo Naturalis de Leiden y del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, rompe con algunos de los grandes tópicos sobre las extinciones provocadas por los cambios climáticos.
El grupo de investigación ha analizado el registro de mamíferos de la Península Ibérica durante parte del Mioceno (de 16 a 6 millones de años), que es además el más completo que existe en toda Europa de este período. Los datos corroboran la hipótesis de que, ante las fuertes variaciones climaticas, los pequeños mamíferos son los que tienen menores posibilidades de supervivencia.
El objetivo del estudio se basó en determinar de qué manera el clima podía afectar a la diversidad de especies y a su distribución a lo largo del territorio. Los datos permitieron confirmar que en las épocas de bonanza climática, los hábitats favorables para muchos mamíferos se expandieron y por lo tanto estos animales, también ampliaron su distribución por toda Europa llegando hasta la Península Ibérica. Los restos fósiles halllados en la península correspondientes a este periodo, sugieren la existencia de una fauna más parecida a la del resto de Europa. Al cambiar de nuevo el clima, estos hábitats favorables, primero se fragmentaron en las regiones más meridionales, para finalmente desaparecer por completo. En respuesta a esta fuerte variación climática, los animales regresaron de nuevo a las regiones más septentrionales de las que originalmente provenían. Así, la diversidad de mamíferos de la Península Ibérica creció y menguó en respuesta a las migraciones de los mamíferos del resto de europa.
Gráfica que ilustra el efecto de los cambios climáticos sobre la diversidad de mamíferos en la Península Ibérica.
La curva de la izquierda muestra el descenso global de las temperaturas en el Mioceno (entre 16 y 6 millones de años) en gran parte debido al crecimiento de los casquetes polares árticoy antártico (barras azules). Las otras dos curvas representan el crecimiento de la diversidad de pequeños y grandes mamíferos. A la izquierda de la línea discontinua el crecimiento es negativo, es decir desaparecen más géneros que no aparecen. En momentos de clima propicio para ellos (área marcada con verde en la curva) el hábitat de algunos géneros que habitan el resto de Europa se expande hacia el sur y estos animales se pueden dispersar por la península, incrementando la diversidad . Cuando el clima no es el adecuado (área marcada en rojo) estos hábitats se fragmentan en las zonas del sur de Europa. Los grandes mamíferos pueden sobrevivir en los hábitats fragmentados y consiguen rmigrar posteriormente hacia al norte. Por el contrario, los pequeños mamíferos no se pueden dispersar entre las zonas de un hábitat fragmentado, y cuando quedan confinados en áreas demasiado pequeñas acaban por extinguirse. El resultado es que decrece la diversidad, sobre todo de pequeños mamíferos.
Sin embargo, el estudio ha demostrado que estas dinámicas no son en general aplicables a todos los mamíferos, ya que el tamaño juega un papel muy importante en el proceso descrito. La capacidad para dispersar y migrar se relaciona directamente con el tamaño corporal. Los grandes mamíferos pueden "perseguir" sus hábitats preferidos en su retroceso hacia el norte, ya que su mayor capacidad de dispersión les permite migrar entre pequeños sectores de su antiguo hábitat hasta poder llegar a los lugares donde este hábitat es continuo. Para los pequeños mamíferos, como es el caso de las musarañas, los erizos, los topos o los murciélagos, la situación se complica, ya que su capacidad de dispersión es mucho menor. Así, en fragmentar su hábitat podrían quedar confinados en zonas muy restringidas, y no podrá migrar hacia el norte de Europa. Al desaparecer del todo las zonas de antiguo hábitat, debido a las fuertes variaciones en el clima, acabarían por extinguirse. Así pues, en un mundo afectado por importantes cambios climáticos de los pequeños mamíferos juegan con desventaja en la lucha por la supervivencia.
El Departamento de Neógeno y Cuaternario
Durante los últimos 23 millones de años han sucedido una serie de eventos climáticos y fisiográficos que han determinado la evolución de las faunas actuales y en última instancia, de los humanos. El Grupo de Faunas del Neógeno y Cuaternario se ocupa del estudio de los fósiles y de la dinámica de los paleoambientes y ecosistemesdurant estos periodos. Los investigadores de este departamento analizan en profundidad las faunas de vertebrados desde diversos puntos de vista como el taxonómico (descripción de nuevos géneros y especies), filogenético (relaciones evolutivas entre varios grupos) y el paleobiológico (estudio de los restos fósiles con un enfoque biológico). Además, también se ocupa de aspectos biostratigràfics y biocronològics (sucesión de los fósiles en los estratos y en el tiempo), tafonómicos (estudio de la historia post-mortem y del proceso de fossilitazació de los restos) y paleoecológicos (estudio del clima ecosistema del pasado para comprender la historia de la vida)
Consultar el artículo original:
Casanovas-Vilar, I., García-Paredes, I., Alba, DM, Hoek Ostende, L. Van den, Moyà-Solà, S. (2010) The European Far West: Miocene Mammal isolation, diversity and turnover in the Iberian Peninsula. Journal of Biogeography, 37:6, 1.079 hasta 1.093