La mano humana está dotada de una elevada y compleja capacidad de manipulación gracias a las proporciones que presenta: longitud corta con un pulgar largo. Esta circunstancia permite que la yema del pulgar haga contacto con el resto de dedos ("pad-to-pad precision grasping" o pinza de precisión).
En cambio, los grandes antropomorfos actuales (chimpancés, gorilas y orangutanes) tienen unas manos muy largas con pulgares muy cortos. Estas proporciones les permiten moverse eficientemente por los árboles y suspenderse de las ramas, pero les dificulta una manipulación refinada de objetos a causa de un pulgar rudimentario, inhabilitado para pinzar con precisión.
La morfología de la falange distal del pulgar en humanos es muy distintiva, la cual está íntimamente correlacionada con la capacidad de pinza de precisión. Entre otros, el pulgar humano reúne un conjunto de características como la compartimentalización de la pulpa en una sección distal más rígida y una más cercana, blanda y móvil, o una inserción muy bien desarrollada en el tendón del flexor (el cual es muy rudimentario en los grandes antropomorfos).
Estos rasgos y una musculatura del pulgar poderosa (involucarada en la flexión) permiten que nuestro pulgar y las yemas de los dedos se adapten de forma segura y firme a la forma del objeto que está siendo manipulado, De entre todos los primates actuales, este conjunto de caracteres _ la pinza de precisión _ sólo se encuentra presente en humanos.
Según el punto de vista clásico, estas capacidades aparecieron como consecuencia de la presión de selección para fabricar herramientas de piedra, hace unos 3 millones de años atrás (las primeras herramientas líticas del registro arqueológico).
Sorprendentemente, el estudio evidencia que a pesar de la antigüedad del Orrorin tugenensis, este homínido tenía un pulgar más parecido al del humano moderno que otros homininos fósiles de edades más recientes, como es el pulgar de la mano que se atribuye a Homo habilis.
Origen temprano de la pinza de precisión humana: Estudio comparativo de las falanges distales del pulgar en homininos fósiles.
Sergio Almécija, Salvador Moyà-Solà, David M. Alba.
Institut Català de Paleontologia Humana