Un trabajo encabezado por el investigador Isaac Casanovas del ICP propone una nueva hipótesis en la discusión sobre el ambiente en el que vivía la hominoideo Oreopithecus bambolii que habitó durante el Mioceno Superior en el archipiélago que definia la Toscana y Cerdeña, hace unos 6 Ma. El texto aparece en la revista Journal of Human Evolution.
El objetivo de la investigación que recoge el artículo 'Late Miocene insular mice from the Tusco-Sardinian palaeobioprovince provide new insights on the palaeoecology of the Oreopithecus faunas' es saber en que ambiente vivía el Oreopithecus, basándose en las características de la dentición de los múridos (familia de roedores que incluye ratas y ratones) que convivían con él. Para llevar a cabo la investigación se han estudiado los molares de las especies Anthracomys y Huerzelerinys presentes en las islas de la Toscana y Cerdeña.
Los estudios publicados hasta ahora apuntaban dos líneas diferentes en relación al ambiente de este homínido llamado popularmente el 'mono del pantano'. Por un lado, los fósiles de plantas (polen y hojas) de los yacimientos conOreopithecus indican que vivió en bosques subtropicales acompañados de zonas pantanosas. Por otra parte,investigaciones sobre fósiles de mamíferos parecen indicar que se trataba de un ambiente más parecido a una sabana, es decir más árido y sin zonas boscosas importantes. Esta información se extrae de la adaptación de los dientes de los mamíferos que son más altos (hipsodonta), y más propios de animales que habitaban en praderas y ambientes secos. Las especies que viven en bosques presentan una dentición más baja y de desgaste rápido en comparación a los animales que viven en praderas y otros ambientes más secos.
Los resultados del estudio firmado por Casanovas, juntamente con otros investigadores del ICP y de la Universidad de Florencia son que los múridos que vivieron con Oreopithecus presentan unos dientes muy altos, y con las principales crestas cortantes orientadas tal como las tienen las ratas y ratones que se alimentan de hierbas y que viven en medios áridos. Esta conclusión sería coherente con los resultados de los estudios con mamíferos (bóvidos) de los que hemos hablado anteriormente, y contradictorio al mismo tiempo con la información aportada por los fósiles de plantas.
Nueva Hipótesis
La nueva hipótesis propone que el hecho de vivir en una isla puede haber determinado la evolución de estos rasgos en la dentición. Sabemos que el ambiente insular no es común al continental, y que la mayoría de mamíferos que vivieron en las islas presentan rasgos característicos de la dentición que permiten que ésta dure más tiempo sin desgastarse tan rápidamente. Como ejemplo tenemos el estudio del Myotragus balearicus. Esta podría ser una respuesta evolutiva a la alta competencia existente en los medios insulares:, un espacio más pequeño, con menos recursos alimentarios, y donde si la población de animales crece mucho puede desembocar en un período de ausencia de alimentos. Literalmente acaban 'comiéndose la isla'. En estos casos hay que consumir recursos menos nutritivos, como plantas más duras, los tallos de estas plantas, etc. en vez de alimentarse con productos de más calidad como son frutos y hojas. En este contexto, un animal que pueda procesar estos productos más abrasivos, es decir con dientes preparados para hacerlo, tiene más posibilidades de sobrevivir. Esto podría explicar por qué casi todos los mamíferos insulares tienden a tener dientes altos. De hecho, el Oreopithecus tiene unos dientes muy particulares, más simples, más altos y con un esmalte más grueso que otros homínidos como Hispanopithecus. Estehecho indica que quizá también se podría alimentar de productos de menor calidad.
Las conclusiones del texto publicado en la prestigiosa revista americana recalcan el hecho de que son necesarias más pruebas que apoyen este estudio, pero que la evolución de forma independiente de los rasgos diferenciales de las denticiones de los mamíferos insulares puede ser una hipótesis de partida.