La investigadora predoctoral Judit Marigó del Grupo de investigación en Paleoprimatología y Paleontología Humana del ICP nos cuenta su experiencia en el Naturhistorisches Museum de Basilea en Suiza. El objetivo de esta colaboración ha sido conocer en primera persona los restos de primates fósiles del Paleógeno, y poder comparar la información obtenida con el material del ICP para aclarar con más detalle la evolución del origen de los primates. Judit ha realizado una estancia de un mes en este centro gracias a una beca BE de la Generalitat de Catalunya.
El 4 de mayo llegué al aeropuerto de Basilea y, tras dejar las maletas, me dirigí hacia el Naturhistoriches Museum para que me dieran las llaves que debería utilizar cada día para entrar, y para que me enseñaran el lugar donde podría trabajar. El museo abre de 10 a 5, pero los investigadores llegan a las 8 de la mañana, cuando la puerta principal todavía está cerrada.
Una vez allí pregunté por el conservador con el que había contactado, el encargado de las colecciones de vertebrados fósiles, el Dr. Loïc Costeur. El edificio, sólo de fuera era impresionante, pero por dentro todavía me quedaba un mundo por descubrir. Loïc me atendió muy bien, me dio las llaves y me condujo por un montón de pasillos y puertas, tantos que yo creía que al día siguiente no habría manera de encontrar mi lugar. Al final llegamos, 4 plantas bajo tierra, a una sala de armarios compactos con puertas de un palmo de espesor. Loïc me explicó que había sido unantiguo refugio anti-bombas.
Me enseñó cómo funcionaban los compactos, donde podía encontrar el material que quería ver, y me dijo que podía empezar al día siguiente, cogiendo todo el material que necesitara.
Realmente la colección del museo es impresionante, así que decidí ir mirando las piezas de más interés a menos, para que si no tenía tiempo de verlo todo, me quedaran para ver los fósiles con los que debería trabajar más adelante en el transcurso de la tesis, cogiendo y mirando primero los que me corrían más prisa.
Al volver al trabajo sólo tenía una lupa para ir mirando el material, aunque esto cambió cuando Martin, un señor muy amable, me trajo una lupa con cámara clara con la que podía dibujar el material que iba viendo, así como hacer fotos. Así pude tener imágenes de los fósiles, además de hacer las anotaciones descriptivas pertinentes de cada pieza, mientras me creaba en el ordenador una base de datos de todo lo que iba viendo.
Cada día, antes de volver a casa, paseaba por las calles antiguas del centro de Basilea, una ciudad muy bonita con muchas cosas por descubrir.
De igual manera cada día en el museo iba conociendo otros investigadores que me contaban su investigación, siempre interesante y fascinante, sobre todo cuando se aleja de tu campo y puedes aprender cosas nuevas. Durante mi estancia también pude conocer al director del museo, el Dr. Christian Meyer justo antes de poder disfrutar de una visita a Olsten, una pequeña ciudad con un museo de Paleontología, y Egerkingen, uno de los yacimientos clásicos del Eoceno de la zona.
En total he tenido la oportunidad de observar, estudiar, dibujar, describir y fotografiar más de 800 restos fósiles de primates del Paleógeno (dentición y restos craneales), entre ellos holotipos de las principales especies europeas, pque me ayudarán a completar el estudio de las faunas fósiles recuperadas en la Península Ibérica y que se encuentran en las colecciones del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont en Sabadell. Gracias a esta estancia podremos comparar mejor las especies encontradas en la Península Ibérica con las del resto del continente para determinar relaciones filogenéticas, migraciones y la evolución del origen de los primates.
Los secretos del Naturhistorisches Museum de Basilea
La estancia de un mes en el Naturhistorisches Museum, financiada por la beca BE (Becas para estancias de investigación fuera de Catalunya) de la Generalitat de Catalunya, ha sido muy provechosa. He tenido la oportunidad de acceder a las grandes colecciones de primates fósiles del Paleógeno del museo suizo, que fue de los pioneros en comenzar las excavaciones de yacimientos de esta edad (entre 65 y 23 millones de años atrás), así como también el estudio de sus faunas, entre ellas los primeros primates que existieron, los adapiformes y omomyiformes.
Todas las especies de mamíferos tienen una dentición característica, y eso es lo que utilizamos los paleontólogos para distinguir las especies fósiles. A través de la observación y el estudio de las diferentes piezas dentarias recuperadas de cada yacimiento podemos determinar cuántos y qué taxones estaban presentes en esa zona durante una determinada época.
Las colecciones del museo de Basilea comprenden, además de mucho material de dientes de primates paleógenos,muchos holotipos que fueron utilizados en el pasado para describir géneros y especies por primera vez, muchos de ellos de finales del siglo XIX o principios del siglo XX. Por otra parte, también tienen moldes de otros grupos de primates de colecciones de todo el mundo. En su conjunto estas colecciones son muy importantes para hacer comparaciones entre diferentes yacimientos, ya que el material que guardan puede aportar información muy útil para explicar la evolución de los primates y su radiación por Europa.