Fabio Dalla Vecchia, investigador del grupo de investigación de Faunas del Mesozoico del ICP, ha publicado recientemente el hallazgo de cuatro restos fósiles de pez pulmonado. Pertenecen a la parte superior del cráneo y los han encontrado en el yacimiento de Fusea, en la provincia de Udine, en Italia. En el artículo “Ceratodontoid (Dipnoi) calvarial bones from the Triassic of Fusea, Carnic Alps: The first Italian lungfish”, Fabio junto con el investigador Giorgio Carnevale de la Università degli Studi di Torino, detallan el hallazgo de estos cuatro huesos, todos de la parte superior del cráneo, y que suponen los primeros restos fósiles de dipnoo recuperados en Italia.Desgraciadamente su estado de conservación no permite saber si pertenecen a alguna familia de dipnoos ya conocida o si se trata de una nueva especie.
Los dipnoos, como también se conocen a los peces pulmonados, son un grupo clave en el estudio de la evolución de la vida, concretamente de la conquista de los ecosistemas terrestres. Nuestros pulmones, como los del resto de tetrápodos que se pueden desplazarse a pie – como reptiles o mamíferos-, tienen su origen en estos primeros pulmones de dipnoos y otros peces de aletas lobulada o sarcopterigios.
De hecho, la edad de oro de los dipnoos coincide con lo que se conoce como la Edad de los Peces, el Devoniano, hace entre 416 i 359 millones de años, cuando la vida animal en la Tierra era mayoritariamente acuática. Los peces pulmonados se encontraban inicialmente solo en aguas marina poco profundas. Pero pronto las formas de este grupo se diversificaron y extendieron conquistando todo tipo de ecosistemas acuáticos, marinos y lacustres. Existieron docenas de géneros de este grupo. Actualmente, sin embargo, sólo se conocen tres géneros existentes, uno en América del Sur, otro en Australia y un tercero en África. Desde el Mesozoico, hace unos 250 millones de años, los dipnoos han poblado esencialmente lagunas de agua fresca y ríos lentos de los llanos.
La importancia del hallazgo
Los restos encontrados en Italia son del Triásico, concretamente de hace unos 230 millones de años. Pero, como nos cuenta Fabio, “más allá de ser los primeros del país, este hallazgo nos permite plantear algunas consideraciones paleoambientales. El yacimiento de Fusea se conoce principalmente por sus característicos ‘reptiles’ marinos del Triásico: notosauros, placodontes y el extraño y de cuello largo Tanystropheus. Cuando se formó esta zona –como la mayoría de la región alpina- se cree que estaba cubierta por un mar poco profundo y tropical, con un paisaje similar a las actuales Bahamas. Sin embargo, los dipnoos del Mesozoico eran básicamente habitantes de agua fresca. Así pues,su presencia en este yacimiento apoya la hipótesis de la existencia de formas de agua fresca muy próximas y, por lo tanto, de tierra emergente.”
Este hallazgo aumenta la biodiversidad que se conoce en este yacimiento, donde también se han encontrado restos de reptiles arcosauros, peces óseos actinopterigios, tiburones primitivos y moluscos. Cuando se depositaron los sedimentos que originaron las rocas que contienen estos fósiles, los dinosaurios (y pájaros), los mamíferos, las tortugas y los cocodrilos no habían aparecido todavía.