Una de las características que suelen presentar las especies de pequeños mamíferos que evolucionan en ambientes insulares es que son más grandes que sus homólogas de los continentes. Un estudio publicado en la revistaIntegrative Zoology por la investigadora del ICP, Blanca Moncunill, propone nuevos métodos para estimar el tamaño de roedores que vivieron en las Islas Canarias y Baleares y revela que, cuando no hay aves rapaces que los cacen, la disponibilidad de recursos es un factor clave para determinar el tamaño que alcanzan estas especies, mientras que el crecimiento es menor cuando hay depredadores en el ecosistema.
Los investigadores suelen definir las islas como "laboratorios naturales", ya que se trata de ecosistemas donde se puede estudiar la evolución de las especies bajo unas presiones selectivas específicas y conocidas. La ausencia de depredadores, la escasez de recursos alimenticios o la baja diversidad son características de las islas que hacen que las especies evolucionen de forma bastante diferente a como lo hacen en los ecosistemas continentales. La característica más destacada es la tendencia al gigantismo en los mamíferos pequeños y la tendencia al enanismo en los grandes, en lo que se conoce como regla de Foster o "regla de la isla".
La investigadora del Grupo de Paleobiología Evolutiva del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, Blanca Moncunill, ha publicado este mes un artículo en la revista Integrative Zoology, en el que propone nuevos métodos para estimar el peso de roedores fósiles a partir del estudio de sus dientes, cráneo y esqueleto postcraneal, y los aplica a especies que habitaban las Islas Canarias y otras islas del Mediterráneo durante el Plio-Cuaternario. Las especies analizadas pertenecen al género Canariomys (una rata endémica de Canarias), Hypnomys (de Mallorca y Menorca) y la especie de lirón gigante Muscardinus cyclopeus (endémico en Menorca).
A partir de estos métodos, el estudio revela que Canariomys bravoi pesaba 1.5 kg. y C. tamarani 1 Kg., mientras que el peso de Hypnomys morpheus era de 230 g. y el de H. onicensis, de 200 g. Según esta nueva estima, Muscardinus cyclopeus habría pesado unos 100 g. Los datos referentes a la variación y evolución del tamaño corporal de los mamíferos son muy interesantes para los investigadores porque están relacionadas con su su área de distribución, la dieta, la tasa metabólica basal o el tamaño de su cerebro, entre otras características.
Tradicionalmente, el tamaño corporal de los roedores extintos se puede estimar a partir del tamaño de sus dientes (son restos habituales en el registro fósil y su identificación es relativamente sencilla) y de sus cráneos. En las especies isleñas que presentan un crecimiento diferente al de las especies continentales, sin embargo, esta relación es poco exacto. Este estudio demuestra que el material postcranial (raramente utilizado para estimar el tamaño corporal) es, en estos casos, un buen punto de partida para calcular el tamaño que podían alcanzar estos roedores.
El artículo también demuestra que cuando no hay depredadores en las islas, la disponibilidad de recursos es el factor clave que determina el tamaño de las especies. Este es el caso de las especies de Canariomys. Por otro lado, cuando hay rapaces que depredan sobre los roedores, las especies no suelen crecer tanto, como en el caso de Hypnomys sp., el cual era cazado principalmente por una especie extinta de lechuza (Tyto balearica).
+ info: Moncunill-Solé, B., Jordana, X., Marín-Moratalla, N., Moyà-Solà, S. & Köhler, M. (2014). How large are the extinct giant insular rodents? New body mass estimations from teeth and bones. Integrative Zoology 9: 197–212. doi: 10.1111/1749-4877.12063