Investigadors del grup Aragosaurus -IUCA de la Universitat de Saragossa i l' Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont han analitzat rastres de cocodrils de 145 milions d'anys d'antiguitat de les Terres Altes de Soria. L'estudi revela que aquests cocodrils extints caminaven de manera diferent dels actuals, en una postura més detra i d'una manera més àgil. La recerca ha estat publicada a la revista Journal of Vertebrate Paleontology.
Personal investigador del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes i l’Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont ha identificat diversos rastres d’un sauròpode al jaciment de Las Sereas, al sud de Burgos. Pertanyen a una espècie de dinosaure solitari i representen un nou tipus de petjades fòssils (icnites) que ha esta batejat com a Iniestapodus burgensis (“el peu d’Iniesta burgalès”) en homenatge al futbolista manxec Andrés Iniesta.
Un equip internacional de recerca descriu un nou espècimen del Cretaci del gènere de rèptils Oculudentavis. La morfologia comparativa i les anàlisi filogenètiques demostren que aquest gènere pertany a un llangardaix i no a un petit dinosaure avià, com es va creure quan es va descriure per primera vegada. La recerca ha estat publicada a la revista Current Biology.
Un estudi liderat per Adán Pérez-García (Grup de Biologia Evolutiva, UNED) amb la participació de Diego Castanera (Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont), descriu l’esquelet parcial d’un pleurostèrnid, una tortuga d’aigua dolça de fa uns 145 milions d’anys a la localitat d’Ágreda, a la zona del Moncayo (Sòria). La recerca publicada a Historical Biology també ha dut a terme un estudi de la neuroanatomía del fòssil.
Investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), del Museu de la Conca Dellà (MCD) y de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) publican esta semana en la versión digital de la revista "Cretaceous Research" el hallazgo y descripción de una tortuga de finales de la época de los dinosaurios.
Josep Marmi, Ángel Luján, Àngel Galobart del ICP, Rodrigo Gaete del MCD y Violeta Riera y Oriol Oms de la UAB han bautizado esta nueva especie como Polysternon isonae, en reconocimiento al municipio de Isona i Conca Dellà (Cataluña), donde se han encontrado los restos fósiles del espécimen tipo.
Es bien conocida la abundancia de restos fósiles de dinosaurios que vivieron hace entre 65 y 70 millones de años en la zona que actualmente ocupan los Pirineos. En esta cordillera encontramos decenas de yacimientos con restos óseos, huellas y huevos de los últimos dinosaurios que habitaron nuestro planeta, siendo la Cuenca de Tremp una de las zonas con mayor concentración de fósiles.
Menos conocidos, sin embargo, son el resto de organismos que completaban los ecosistemas del final del períodoCretáceo, consistentes en otros vertebrados, invertebrados, plantas, hongos, etc. Un elemento habitual de estos ecosistemas eran las tortugas. En los yacimientos pirenaicos, sus fósiles son relativamente abundantes y, en general, consisten en placas del caparazón aisladas o pequeños conjuntos de placas que nos pueden ayudar a hacernos una idea general de la morfología y del tamaño del animal. En cambio, el hallazgo de conchas enteras es poco frecuente y aún más excepcionales son los descubrimientos que conservan partes del esqueleto dentro del caparazón.
Durante los últimos años, en el municipio de Isona i Conca Dellà (en la comarca del Pallars Jussà) se han realizado numerosos descubrimientos de restos de tortugas, repartidos por diferentes yacimientos. Uno de estos yacimientos, el de Barranc de Torrebilles, ha entregado restos bastante completos que han permitido describir una nueva especie:Polysternon isonae. Los restos hallados en el Barranc de Torrebilles consisten en decenas de placas aisladas derivadas de la fragmentación de las conchas a través de sus suturas, y lo que es más importante: un fragmento de la parte ventral de un caparazón y otra cáscara casi entera, que sin ser del todo completas, muestran rasgos morfológicos muy interesantes para los paleontólogos y que han permitido describir esta nueva especie. Estos restos se recuperaron durante dos campañas de excavación llevadas a cabo durante los veranos de los años 2008 y 2009.
Hasta ahora se conocían dos especies del género Polysternon: P. provinciale y P. Atlanticum (además de una posible tercera-P. mechinorum), distribuidas únicamente en lo que correspondería a los actuales sur de Francia y la Península ibérica. Se trata de animales adaptados a la natación que vivían en aguas dulces, en las zonas más profundas de ríos y lagos. Concretamente, el caparazón de la nueva especie P. isonae era ovalado, midiendo unos 50 centímetros de largo y unos 40 de ancho. Sus restos se encontraron conservados dentro de un estrato de arenisca muy duro que actualmente aflora en el Barranc de Torrebilles. Hace poco más de 65 millones de años, cuando murió el animal, este gres no había litificado y consistía en una arena fina que era arrastrada por las corrientes fluviales y que quedó depositada, junto con los restos de las tortugas del Barranc de Torrebilles, en el fondo de uno de estos ríos.
A diferencia de otros géneros de tortugas, parece ser que Polysternon no sobrevivió el final del Cretáceo y se extinguió junto con los dinosaurios. La gran proximidad existente del yacimiento de Barranc de Torrebilles al nivel geológico que nos marca esta extinción del final del Cretácico, nos indica que Polysternon isonae posiblemente fue una de las últimas especies del género Polysternon.
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Jucaraseps grandipes es el nombre del nuevo género y especie de lagarto cretácico que ha publicado recientemente la revista Palaeontology. Se trata de un lagarto extinto diminuto, de unos 27 milímetros de longitud (sin contar la cola) y menos de un gramo de masa, cuyo esqueleto fósil articulado se encontró en el yacimiento de Las Hoyas, en Cuenca. El trabajo lo firman el investigador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) Arnau Bolet y la investigadora de la University College of London (UCL) Susan E. Evans.
El yacimiento cretácico de Las Hoyas, que data de hace unos 120 millones daños, es conocido internacionalmente por el hallazgo de numerosos esqueletos articulados de vertebrados en un estado de preservación excepcional. El trabajo que ha publicado la revista Palaeontology en su edición online, y que firman Arnau Bolet del ICP y Susan E. Evans de la UCL, describe un nuevo género de lagarto a partir de los restos de un esqueleto en conexión extremadamente pequeño pero muy bien preservado.
La nueva especie ha sido bautizada como Jucaraseps grandipes. El género recibe su nombre a partir del río Jucar, que pasa cerca del yacimiento, y de la palabra latina seps que significa lagarto o serpiente. grandipes, por su parte, deriva de las palabras latinas grandis y pes, que quieren decir grande y pie. De hecho, la configuración que presentaJucaraseps, en la que las patas son bastante reducidas pero los pies son proporcionalmente muy grandes, es única entre todos los lagartos, tanto fósiles como actuales. El holotipo de esta especie se encuentra depositado en elMuseo de las Ciencias de Castilla-La Mancha en Cuenca.
Si lo comparamos con otros lagartos actuales y teniendo en cuenta el hábitat de Las Hoyas en el Cretácico Inferior, probablemente Jucaraseps era un lagarto terrestre que cazaba pequeños insectos, y que habría sido presa de otros pequeños vertebrados y, tal vez, también de grandes invertebrados.
Hasta ahora se desconocían lagartos tan pequeños del período del Cretácico, aunque entre los amniotas actuales las especies más pequeñas son todas lagartos. Tener un tamaño tan pequeño conlleva un gran número de ventajascomo una maduración mucho más rápida, más agilidad, necesidades energéticas más reducidas y el hecho que facilita tener poblaciones más grandes, con una mayor reserva genética.
Jucaraseps es el más pequeño de los cinco tipos de lagartos encontrados en Las Hoyas. Hace unos meses, los mismos investigadores publicaron un trabajo sobre el segundo espécimen de Scandensia ciervensis encontrado en este yacimiento. Además, del género Meyasaurus se han encontrado diferentes ejemplares, seis de los cuales ya se han descrito y otros aún deben estudiarse. Hace unos años se describió también el lagarto Hoyalacerta sanzi, que sólo es conocido por el ejemplar tipo. Del quinto lagarto sólo se conocen los osteodermos (placas dérmicas), que son bastante característicos y permiten relacionarlo con los Paramacellodidos, un tipo de lagarto ampliamente distribuido en el Mesozoico.
Las Hoyas es un yacimiento de una riqueza excepcional, que ha entregado también numerosos restos fósiles de peces, anfibios (ranas y salamandras) y reptiles como cocodrilos, tortugas y aves, además de los lagartos.
Jacques Gauthier, profesor de Geología y Geofísica y conservador jefe de Paleontología de Vertebrados y conservador de Zoología de Vertebrados en el Museo Yale Peabody de Historia Natural, vino al ICP para consultar nuestras colecciones. Estaba interesado en nuestros lagartos fósiles, que vivieron hace unos 125 millones de años en el Cretácico temprano.
Jacques Gauthier (JG): Sí, estoy interesado en el registro de lagartos en España debido principalmente al lapso de tiempo que está representado. Los lagartos son principalmente animales terrestres, y el registro fósil del Cretácico temprano en los EEUU es básicamente de sedimentos marinos. La calidad de preservación de las antiguas capas lacustres es increible, y existen pocos lugares en el mundo que ofrezcan una ventana tan clara al momento en que las raíces de la biodiversidad moderna estaban emergiendo.
Gauthier lidera el grupo "Deep-Scaly" del proyecto "Montaje del Árbol de la Vida", financiado por la Fundación Nacionals para la Ciencia de los EEUU y el que los científicos tratan de profundizar en la arquitectura básica de la genealogía de la vida. Utilizan diferentes tecnologías para reunir todos los datos que puedan aportar información: desde escaneos TC de alta resolución de lagartos fósiles y vivos, a secuencias de ADN, al comportamiento, así como también información sobre cómo y dónde vivieron los lagartos (y las serpientes). ¿Por qué son tan importantes los lagartos?
JG: Estamos interesados en entender cómo ha evolucionado la vida, tanto desde una perspectiva histórica -¿qué sucedió con los lagartos hace 65 millones de años cuando el impacto de un asteroide exterminó a los dinosaurios gigantes?- como desde una perspectiva mecanicista -?¿cómo interaccionaron los genes que regulan la producción de las proteínas para convertir a un lagarto en un serpiente? Una de las cosas importantes es aprender cómo se produjeron las principales transiciones morfológicas: de vivir en el continente a vivir en el océano, desde la vida terrestre a volar, de ser incapaz de correr y respirar al mismo tiempo como es el caso de los lagartos a sí poder hacerlo, como lo hacen los mamíferos. ¿Cómo llegaron los procesos evolutivos a una ballena, a una ave , o a los seres humanos? Los lagartos pueden decirnos muchas cosas sobre estos problemas.
El trabajo de este equipo multidisciplinar está mejorando nuestra comprensión de la evolución. Estudiando a los lagartos encontraron lo que parecía ser una contradicción entre dos conjuntos de datos. Una fuerte señal en genes apoyaba un árbol evolutivo de los lagartos, pero una señal igual de potente a partir de la anatomía señalaba a otro árbol evolutivo. Algo estaba mal, ya que no se puede ser simultáneamente padre e hijo de una misma especie, tiene que existir una única genealogía de la vida. Y sin embargo, ¡se encontraron claras evidencias de dos genealogías diferentes! Y en este punto se encuentran trabajando, tratando de averiguar que pasó, ya que este patrón se ha encontrado en otros grupos, por lo general en las ramas más profundas del árbol, que tuvieron lugar muy rápidamente yhace mucho tiempo.
JG: La pregunta es ¿qué nos dice esto acerca de nuestra capacidad para reconstruir la historia de la vida. Hemos probado el método a partir de virus que se alimentan de bacterias. En 72 horas se pueden obtener miles de generaciones, y podemos sacar algunos de ellos y congelarlos: creamos fósiles. Hemos verificado que mirando su ADN podemos reconstruir el verdadero árbol. Esto significa que los métodos utilizados funcionan. ¿Por qué no funcionaron en este caso?
Una mejor comprensión del árbol de la evolución de los lagartos significa también una mejor comprensión de la evolución. Darwin básicamente dijo que la razón por la que uno tiene el aspecto que tiene es porque lo ha heredado de su madre y su padre. Sin embargo, entonces, la pregunta es: ¿por qué no una sola especie que viva en todas las situaciones ecológicas en todo el planeta, un poco como Homo sapiens? ¿Por qué hay tantos tipos de animales vivos?
JG: En la actualidad, se conocen miles de especies de mamíferos. Los mamíferos y los reptiles (incluídas las aves) forman dos de las grandes ramas del árbol de la vida, pero no han compartido un ancestro desde hace 300.000.000 de años. En esa cantidad de tiempo tenemos alrededor de 5.000 mamíferos diferentes, pero en cambio más de 23.000 reptiles. Si han tenido el mismo tiempo para crear especies, ¿por qué tan pocos mamíferos y tantos reptiles? En la actualidad, los reptiles más diversos son los lagartos y las aves (10.000 en cada caso) Existen unas pocas especies de cocodrilos (24), y aunque se parecen más a los lagartos, de hecho están más cercanos a las aves (los dinosaurios vivos). Los cocodrilos, por ejemplo, construyen nidos, protegen a sus crías, cantan para defender su territorio y atraer a su pareja. Desde el punto de vista de la anatomía, ambos pueden respirar mientras corren y tienen pulmones elaborados con el aire circulando en una dirección, y muchas, muchas otras novedades evolutivas. Pero aunque ahora exiten muchas más aves (dinosaurios) que cocodrilos, esto no ha sido siempre así: hace 200 millones de años había el doble de especies de cocodrilos que de dinosaurios. ¿Que sucedió?
Las aves vuelan. ¿Cuál es la forma intermedia entre volar y no volar? Este fue durante mucho tiempo uno de los grandes problemas para los científicos y los no científicos para aceptar la evolución. El otro era aceptar que los humanos somos simios africanos. La respuesta llegó a través del registro fósil de dinosaurios y humanos. Jacques Gauthier fue uno de los primeros en demostrar con datos que las aves son dinosaurios.
JG: Yo, como estudiante graduado, empecé a perseguir a esta pregunta, de cómo las aves encajan en el árbol de la vida. Reuní algunos datos y los analicé con algunos programas diseñados para reconstruir esta historia ... y fue muy fácil. Había un montón de datos que apoyaban que los dinosaurios extintos era formas intermedias entre las formas típicamente reptilianas y las aves. Sabía por mi formación que este era un gran debate: ¿las aves eran o no dinosaurios? ¡Pero era tan fácil obtener la respuesta a esta pregunta para alguien que sabía de lagartos!
Una vez más, la evolución dice: lo que uno parece no siempre lo dice todo sobre lo que uno es.
+ info sobre la investigación en lagartos del Cretáceo en el ICP: Jucaraseps, Scandensia
Un equip de paleontòlegs de l’ICP excava des de la setmana passada al jaciment cretàcic de l’Espinau (la Noguera), on enguany s’hi ha trobat 20 noves restes de dinosaure. Amb aquesta, que és la tercera campanya d’excavació paleontològica, són ja més de 200 les restes òssies de dinosaures hadrosaures trobades en aquesta localitat.
Las excavaciones en el Espinau seguirán hasta este viernes día 21 de septiembre, y las expectativas son buenas en cuanto a ampliar la cantidad de restos encontrados. Àngel Galobart, director del Grupo de Investigación de Faunas del Mesozoico del ICP, junto con Novella Razzolini y Víctor Fondevilla, son los co-directores de esta excavación, en la que trabajan actualmente 8 paleontólogos.
Los restos que se han encontrado, hasta ahora, en la campaña de 2012 son mayoritariamente vértebras de la cola de hadrosauro, un conjunto fósil que completa otros huesos largos como tibias, húmeros y fémures que se habían recuperado en este yacimiento en campañas anteriores. Tal y como nos explica el investigador del ICP Àngel Galobart
En las dos anteriores campañas hemos obtenido muy buenos resultados, por lo que este año hemos ampliado la superficie de excavación y también el número de excavadores. El objetivo es obtener el mayor número posible de huesos de dinosaurio que nos ayuden a describir la especie que se encuentra en el yacimiento del Espinau.
El yacimiento cretácico del Espinau lo descubrieron hace unos años unos aficionados de la paleontología de Tartareu. El yacimiento se encuentra a caballo entre esta localidad y Àger, en la comarca de la Noguera, en Lleida. El descubrimiento de este nuevo yacimiento amplía el registro fósil de dinosaurios en Cataluña, que ya era conocido en las comarcas del Berguedà (yacimientos de Fumanya), en el Alt Urgell (yacimientos de Coll de Nargó) y el Pallars Jussà (yacimientos de la Cuenca de Tremp / Isona). Este conjunte convierte Cataluña en un entorno privilegiado para el estudio de los últimos millones de años de vida de los dinosaurios, hace unos 70 millones de años.
Todos los restos descubiertos hasta ahora pertenecen a una misma especie de dinosaurio hadrosaurio, también conocidos como dinosaurios de pico de pato. Con la campaña actual, que ha dejado al descubierto a una gran parte de la extensión del yacimiento, se pretende completar el estudio de la formación del yacimiento, así como conocer el número de dinosaurios de este yacimiento.
Estas excavaciones son parte del proyecto de investigación "El fin de una era: la extinciones de los dinosaurios, una perspectiva europea", financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, y que incide en el estudio de los yacimientos con dinosaurios al sur ( Cataluña) y norte (Francia) de los Pirineos.
Pocos días antes de terminar el año 2012, el ICP y todos los aficionados a la paleontología recibimos la noticia de que la Generalitat de Catalunya había declarado bien cultural de interés nacional una serie de yacimientos de vertebrados del Pallars Jussà, en Isona i Conca Dellà y Gavet de la Conca. Este acuerdo de gobierno cierra el proceso iniciado en mayo de 2011, con el expediente de incoación, y supone el reconocimiento y protección de algunos de los yacimientos más importantes de dinosaurios de Europa.
Los yacimientos que forman parte de esta zona paleontológica son Basturs-1, Basturs-2, Basturs-pueblo, San Román-2, Molino del Baró, Orcau-1, Orcau-2, La Posa, Goberres, Masia de Ramon, la Costa Roja, el Barranc de Llauet y el Llau de la Costa. Este conjunto patrimonial es significativo tanto desde el punto de vista cultural y científico, como desde el punto de vista del patrimonio natural.
La gran concentración de restos de dinosaurios encontrados en estos yacimientos hacen de Cataluña un punto de relevancia científica internacional en cuanto a la investigación sobre la existencia, hábitos y comportamientos, así como la extinción de los dinosaurios. Además, la declaración como zona paleontológica reconoce también su potencial didáctico, para dar conocer la paleontología y la geología catalana, debido a que algunos de estos yacimientos son de fácil acceso y pueden explicarse a públicos muy diferentes.
Las expectativas son grandes, como nos comenta el investigador del ICP Àngel Galobart, que cada verano lidera excavaciones en esta comarca,
Esperamos que la declaración de estos yacimientos de Isona i Conca Dellà y Gavet de la Conca como bien cultural de interés nacional ayude a preservar el patrimonio de esta tierra. Este es un paso más para reconocer la importancia patrimonial y científica de los depósitos con sedimentos continentales del final del Cretácico. Ahora hay que potenciar el esfuerzo que hacen los municipios del Prepirineo para llevar a cabo una divulgación precisa y atractiva de los descubrimientos que se han hecho, así como una preservación efectiva del patrimonio.
Algunos datos sobre la zona paleontológica de Isona i Conca Dellà y Gavet de la Conca
La zona protegida se extiende en una área de 12,5 kilómetros cuadrados, en su mayoría en el municipio de Isona i Conca Dellà, aunque también incluye algún sector de Gavet de la Conca, en el extremo oriental de la cuenca deTremp, en la comarca del Pallars Jussà.
Los restos fósiles que se han hallado son numerosos huesos de dinosaurio así como huevos de estos reptiles extintos. Además, hay también yacimientos que conservan icnitas y restos de otros organismos. El conjunto de yacimientos incluidos en esta declaración registran los últimos millones de años del Cretáceo y los primeros del Paleógeno en los Pirineos centrales, hace entre 70 y 60 millones de años.
Los primeros restos de dinosaurio en esa zona se dieron a conocer en 1954 por el paleontólogo alemán Walter Kühne, que excavó junto con el paleontólogo español Emiliano Aguirre el Barranc d’Orcau (actualmente conocido como Orcau-1). Los primeros restos fósiles de este yacimiento fueron enviados al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con sede en Madrid y actualmente se encontrarían depositados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. De estos restos solo existen referencias en algunos artículos científicos sobre este yacimiento, en los que los autores describían la presencia de un saurópodo del género Hypseolaurus, género que hoy en día no tiene validez científica. Pocos años después, el francés Albert-Félix de Lapparent descubrió los primeros huevos de dinosaurios en el Barranco de Basturs.
Desde los años 80 del siglo pasado, investigadores del ICP y del Museu d’Isona i Conca Dellà excavan sistemáticamente en la zona, en la que se han ido descubriendo nuevos yacimientos y miles de restos fósiles que han permitido conocer mejor el final de la Era de los Dinosaurios en Europa.
Breve descripción de los yacimientos de la zona paleontológica de Isona i Conca Dellà y Gavet de la Conca
Yacimiento de Basturs-1
Situado al norte del pueblo de Basturs (término municipal de Isona i Conca Dellà), al sur de la sierra de Sant Corneli, al este del barranco de la Costa Gran y cercano a la fuente de los Corrals. Se encuentra en un conjunto de estratos de areniscas de color rojo del techo de la formación Gresos d’Areny. Data del Campaniense superior (Cretácico superior). Se localizan, sobre todo, nidos de dinosaurio, una treintena, así como huevos aislados y miles de pequeños fragmentos de cáscaras de huevos. Hay también huesos de dinosaurios y de cocodrilos, además de huesos articulados de un lagarto.
Yacimiento de Basturs-2
Es el término municipal de Isona i Conca Dellà, en un punto muy próximo al anterior y de difícil acceso. Conserva, en relativo buen estado, 38 nidos de dinosaurio. Las características litológicas y paleontológicas son muy similares a las del yacimiento de Basturs-1.
Yacimiento de Basturs-poble
Situado al sur de la sierra de Sant Corneli, al oeste del pueblo de Basturs, es el yacimiento con restos óseos de dinosaurio más relevante de la cuenca, y uno de los más importantes de Europa. La primera campaña de excavación se llevó a cabo en el año 2001 y, desde entonces, se han encontrado más de 900 restos óseos casi todas correspondientes a dinosaurios ornítopodos del grupo de los hadrosaurios. Una pequeña parte de los restos corresponden a cocodrilos y dinosaurios carnívoros (terópodos).
Yacimiento de Sant Romà-2
Situado en el término municipal de Isona i Conca Dellà, al norte del pueblo de Sant Romà d'Abella. Este yacimiento ha entregado restos de un ornitópodo del grupo de los hadrosaurios que han permitido describir un nuevo género y especie de dinosaurio autóctono: Pararhabdodon isonensis.
Yacimiento del Molí del Baró
Situado muy cerca de la población de Sant Romà d'Abella, en el extremo oeste de la Costa dels Traginers. Descubierto en 2001, ha proporcionado una importante colección de restos de dinosaurios ornitópodos del grupo de los hadrosaurios, así como de terópodos, cocodrilos, peces, gasterópodos y fragmentos de cáscaras de huevos de saurópodos. También destaca la gran cantidad de restos vegetales que se conservan.
Yacimiento de Orcau-1
A pocos kilómetros al suroeste del pueblo de Orcau. Descubierto por Walter Kühne en 1954, excavado por él mismo y por E. Aguirre, proporcionó catorce cajas de restos óseos. Los restos recuperados corresponden a dinosaurios saurópodos.
Yacimiento de Orcau-2
Al sur de la Sierra de Sant Corneli, dos kilómetros al este del pueblo de Orcau, se conservan icnitas de dinosaurios saurópodos, en un estrato calcáreo de origen lacustre fuertemente inclinado hacia el sur. En este estrato también se observan restos de invertebrados y agujeros dejados por los tallos y raíces de plantas acuáticas.
Yacimiento de la Posa
Situado al este del pueblo de Isona. El techo de un estrato de arenisca, se conservan cientos de depresiones que inicialmente fueron interpretadas como icnitas de dinosaurios saurópodos. Posteriormente, sin embargo, han sido reinterpretadas como marcas de alimentación dejadas por peces elasmobranquios sobre una arena de llanura mareal. Además se conservan cáscaras de invertebrados marinos, así como marcas dejadas en la arena por cangrejos y gusanos.
Yacimiento de Goberres
En el término municipal de Isona i Conca Dellà, al este del pueblo de Isona. Se encuentran una veintena de icnitas mal conservadas en el techo de un estrato de areniscas que presentan una gran dureza.
Yacimiento de la Masia de Ramon
En el término municipal de Isona i Conca Dellà. Incluye restos óseos y icnitas de dinosaurios ornitópodos del grupo de los hadrosaurios Estos restos se conservan en un conjunto de estratos de areniscas de la parte media de la Formació de Tremp.
Yacimiento de la Costa Roia o Costa Roja
En el término municipal de Isona i Conca Dellà. Conserva icnitas de dinosaurios ornitópodos en la base de un estrato de areniscas de origen fluvial de la parte media de la Formació de Tremp.
Yacimiento del barranco de Llauet o barranco de Guixers-1
Situado en el término municipal de Gavet de la Conca. Incluye icnitas de dinosaurios ornitópodos el techo de un estrato de areniscas de origen fluvial de la parte media de la Formació de Tremp.
Yacimiento Llau de la Costa
Situado en el municipio de Isona i Conca Dellà. Incluye icnitas tridáctilas de dinosaurios, probablemente de ornitópodos del grupo de los hadrosaurios, en el techo de un estrato de areniscas de origen fluvial de la parte media de la Formació de Tremp.
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Bernat Vila, investigador de la Universidad de Zaragoza y colaborador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), describe en un artículo publicado esta semana en la revista PLOS ONE las huellas de dinosaurios más modernas de Europa. Se trata de casi 30 restos distribuidos por la formación de Tremp y que corresponden a varios grupos de dinosaurios que vivieron en esa zona hace unos 65 millones de años, poco antes de la extinción masiva en la que desaparecerían estos animales de la superficie de la Tierra.
Con la excepción de las zonas cercanas al impacto del meteorito que, según la hipótesis más aceptada por la comunidad científica provocó su extinción, se sabe muy poco de los últimos dinosaurios que existieron en otras zonas del planeta. La formación de Tremp (una estructura geológica que aflora entre los Pirineos catalanes y aragoneses) conserva los restos más importantes de icnitas (huellas fósiles) del Cretácico en Europa y su presencia confirma que varios grupos de dinosaurios vivieron en el Pirineo hasta poco antes de su extinción.
El investigador Bernat Vila, del Grupo Aragosaurus - IUCA (Universidad de Zaragoza) y colaborador del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), así como investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona y del Museo de Conca Dellà, han participado en esta investigación publicada esta semana en la revista PLOS ONE en la quese describen 28 nuevos rastros de huellas que corresponden mayoritariamente a de hadrosaurios ornitópodos y, en menor cantidad, a titanosaurios y saurópodos en varios yacimientos de Cataluña y Aragón.
Los estudios realizados durante más de diez años en los afloramientos donde se encuentra el límite Cretácico - Terciario (el periodo geológico en el que se produjo la extinción masiva de especies) han permitido descubrir que estas huellas de hadrosaurios son abundantes en las areniscas formadas en los canales de los ríos que hace 65 millones de años había en la zona, y que desaparecen del registro fósil de forma abrupta.
Las icnitas o huellas fósiles se consideran una evidencia de vida, es decir, sólo las puede formar un organismo vivo desplazándose en el momento en que se estaba formando la roca. A diferencia de los huesos fósiles, que pueden ser transportados y depositados en rocas más modernas, las huellas se produjeron en el momento en el que vivían los dinosaurios. Estas icnitas son los restos más modernos de dinosaurios en Europa.
Los hadrosaurios ornitópodos son un grupo de dinosaurios herbívoros también conocidos como dinosaurios "pico de pato" porque presentaban un hocico aplanado como el pico de los patos actuales. Las huellas de este grupo identificadas en la formación de Tremp son morfológicamente similares a las que se encuentran en Norteamérica y Asia, aunque más pequeñas, y son atribuibles al género de huellas fósiles Hadrosauropodus.
Es muy difícil asociar las icnitas a un determinado género o especie, ya que es poco frecuente encontrar huesos junto a las icnitas. En esta misma formación geológica se han encontrado restos de Pararhabdodon isonensis (en Isona) yArenysaurus (en Arén, Huesca) y que podrían ser buenos candidatos a haber dejado sus huellas en el barro.